Romney vive su propia tormenta al recordarse ayer que pidió suprimir la agencia encargada de hacer frente a las situaciones de crisis
06 nov 2012 . Actualizado a las 14:27 h.La tormenta le obligó a suspender la campaña electoral a menos de una semana de la votación pero su labor al frente del país ante la catástrofe del huracán Sandy puede asegurarle la reelección. Para entender cómo ven los norteamericanos estos días a su presidente, y a la vez candidato demócrata, solo hay que fijarse en lo que dijo de él uno de sus más acérrimos oponentes, el gobernador republicano de Nueva Jersey: «Ha estado a la altura. Merece los mejores elogios», admitió Chris Christie, conocido por no tener pelos en la lengua.
Christie, que ha apoyado mucho a Romney, ha hecho campaña junto a él y cuyo nombre se barajó como uno de los posibles candidatos a vicepresidente, no tenía empacho en elogiar a Obama en televisión. «El Gobierno se ha coordinado a la perfección con nosotros. Ha sido maravilloso», afirmó.
Gobernador de uno de los dos estados más afectados, junto con Nueva York, Christie reveló que «hablé ayer (por el lunes) tres veces con él. Me llamó por última vez a media noche y me preguntó qué necesitaba». Poco después escribía un mensaje en Twitter por el contenido de sus palabras: «Me importan un bledo las elecciones después de lo que nos ha pasado. Me preocupa la gente de Nueva Jersey».
Frente a un Obama, que anuló los actos de campaña que tenía previstos en Ohio y que planea visitar hoy a los damnificados de Nueva Jersey, Mitt Romney parecía algo descolocado, con una posición verdaderamente complicada. Debía cuidar mucho de que no pareciera que aprovechaba políticamente la catástrofe pero, a la vez, no puede permitirse dejar de hacer campaña. Intentó salir del embrollo con lo que su equipo denominó un acto para «recaudar ayuda para los afectados por el huracán». Pero el carácter improvisado de la colecta, con el fin exclusivo de garantizarse una foto en la prensa, recibió críticas de inmediato de numerosos medios, entre ellos The New York Times.
Romney tuvo que enfrentarse, además, a sí mismo a causa de unas palabras que dijo en uno de los debates televisados celebrados durante las primarias republicanas. Entonces abogó por deshacerse de la FEMA, que es la agencia que se encarga de las situaciones de crisis y cuya labor durante la catástrofe ha sido fundamental para amortiguar los daños. Ayer, tras el acto de Ohio, un periodista le preguntó si eliminaría esa agencia en el caso de llegar al Gobierno pero el republicano se negó a responderle.