Paul Ryan, cazado en una foto de campaña trucada

victoria toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

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Obama y Romney, con el cardenal de Nueva York.
Obama y Romney, con el cardenal de Nueva York. MARIO TAMA< / span> afp< / span>

Obama y Romney compartieron una velada, organizada por la Iglesia católica, en la que rivalizaron contando chistes

20 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El martes el candidato republicano a la vicepresidencia, Paul Ryan, fue fotografiado echando una mano en un comedor de beneficencia con su familia. En las fotos se le ve con un gran delantal blanco y en mangas de camisa fregando cazuelas y sartenes en la cocina de un centro de caridad de Ohio. Quizá lo que más destaca de la foto es que todo está impoluto, incluidas las ollas que friega.

La explicación a por qué estaba todo tan limpio ha llegado más tarde, cuando el responsable de la organización a la que pertenece el comedor protestó e hizo público que Ryan y su equipo llegaron de camino al aeropuerto cuando allí solo había unos pocos voluntarios que, ellos sí, habían limpiado previamente todo aquello después de dar las comidas.

La campaña de Ryan no ha tenido más remedio que reconocer que es cierto. El republicano solo estuvo en el comedor quince minutos, el tiempo justo de ponerse el delantal y posar para las fotos simulando que fregaba platos y ollas. El incidente es incómodo. Llega después de que se supiera que Ryan mintió cuando dijo que había culminado con éxito una maratón y supone un contratiempo para la campaña republicana.

Mientras Ryan intentaba salir del avispero, su jefe, Mitt Romney, disfrutaba de una tregua junto a Barack Obama. Ambos candidatos participaron, como es tradicional en cada campaña electoral, en un acto para recaudar fondos organizado por la Iglesia católica. Durante la cena, como también es tradicional, los dos hicieron discursos basados en el humor.

El republicano, que vestía, igual que su rival, un impecable esmoquin con corbata blanca, comenzó con las bromas riéndose de su imagen de hombre rico: «Es agradable por fin relajarse llevando esta ropa, que es la que usamos normalmente Ann y yo en casa», dijo Romney provocando las primeras carcajadas de los asistentes. Poco después era Obama el que se reía de que su rival sea millonario: «Esta mañana he estado de compras por las tiendas del centro de la ciudad», dijo. «El gobernador Romney ha estado esta mañana comprando tiendas por el centro de la ciudad». También se río Obama de sí mismo cuando aseguró que la energía que mostró en el segundo debate se debía a lo que había podido descansar gracias a la «larga siesta» que se había echado en el primero.

Romney contó un chiste sobre el Papa, según el cual Obama se encuentra con Benedicto XVI y le dice: «¿Sabe usted, Santo Padre? Lo que tiene que hacer cada vez que tenga un problema es decir que es culpa de Juan Pablo II». No olvidó referirse a la forma en la que los medios de comunicación cubren la campaña y que según los republicanos beneficia a los demócratas. «Ya puedo imaginar los titulares de mañana sobre este acto: Obama es bien recibido por la Iglesia católica, Romney cena con un grupo de ricos».

Lo cierto es que el buen humor que mostró el candidato republicano no es de extrañar ya que, según las últimas encuestas, sigue ligeramente por delante de Obama.