Monti se ofrece a seguir gobernando

María Signo ROMA / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

No se presentará a las elecciones, pero se brinda si no hay mayoría absoluta ni pactos

28 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Tras rechazar en repetidas ocasiones la posibilidad de un segundo mandato, el presidente del Gobierno italiano, Mario Monti, abrió ayer una puerta a la posibilidad de continuar al frente del Ejecutivo si «el país lo pide», pero sin pasar él por las urnas. Así lo manifestó durante su intervención en el Council of Foreign Relations, con motivo de su presencia estos días en Nueva York.

Monti explicó que «tras las elecciones es justo que los partidos políticos presenten un presidente del Gobierno que sea uno de ellos y que no seré yo. La verdad es que si se diera una circunstancia determinada y fuera llamado, consideraré la hipótesis de echar una mano», aseguró.

Monti se pone al servicio del país, y así lo reiteró más tarde a preguntas de los periodistas aclarando que «esto no sería lo normal». Para este tecnócrata, su experiencia en el Gobierno es «un experimento» al ser el suyo un «Ejecutivo técnico que quiere tener juntos a los diversos partidos para intentar mantener controlada la situación financiera. Es aún pronto para afirmar si esto se ha logrado».

Es una incógnita lo que sucederá en la primavera del 2013 tras las elecciones generales y por ello son numerosas las hipótesis sobre quién podrá ser el sustituto de Monti al frente del Gobierno italiano.

Sin mayoría absoluta

En los numerosos sondeos de opinión que en los últimos días aparecen en los medios de comunicación está claro que ninguna fuerza política alcanzará la mayoría absoluta y por ello serán importantes los pactos.

La fuerza mayoritaria, según las previsiones, podría ser el Partido Democrático (PD) que tendrá que negociar una alianza con Izquierda y Libertad, de Nichi Vendola. La pregunta es si serán capaces de alcanzar un acuerdo para una coalición electoral que garantice un futuro Gobierno estable.

Tras la última experiencia en el 2006 del Ejecutivo de Romano Prodi, cuya frágil mayoría parlamentaria no permitió llevar adelante los cambios estructurales que el país necesita, lo que todos esperan de las urnas es un Gobierno capaz de afrontar la dura crisis económica.

El PD podría necesitar además el apoyo de los centristas de la UDC de Pierferdinando Casini. Es entonces donde reaparecería la figura de Mario Monti como candidato de consenso. Sería la repetición de lo que ya ocurre ahora en el Parlamento italiano, donde el partido mayoritario, el Pueblo de la Libertad, de Silvio Berlusconi, apoya un Gobierno técnico que también cuenta con el respaldo del PD y de la UDC, gracias a lo cual leyes como la Reforma del Trabajo han sido aprobadas sin muchos problemas.

¿Y Berlusconi? El propio Monti también aludió a él. «Sobre su continuidad política es algo que tendrá que decidir él mismo», dijo. Las encuestas son duras con Il Cavaliere: su partido cada día pierde más consenso. Mientras las luchas internas lo desintegran, Berlusconi no toma ninguna decisión y deja que las hipótesis sobre su futuro político se sucedan. Se habla de un nuevo partido y también de un nuevo candidato. Solo él tiene la respuesta.

El «mal menor»

Monti gusta a los italianos aunque muchas de las medidas económicas no hayan sido muy bien acogidas. Los votantes de derecha ven en él una figura seria y preparada tras los excesos de los equipos de Silvio Berlusconi. Para la izquierda, los recortes económicos y sociales se han podido «digerir» mejor cuando han estado acompañados de rigor y profesionalidad. Es la ley del «mal menor» que podría seguir siendo válida si tras las elecciones de abril no se llega a un acuerdo de Gobierno. Una solución que tampoco ven con malos ojos los mercados financieros, asustados además con una fuerte entrada en el Parlamento del Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo, que podría pasar a ser la segunda fuerza del país y con la que le sería muy difícil a los partidos alcanzar un pacto para formar un Gobierno estable.