La crisis lleva la política exterior al centro de la campaña en EE.UU.

V. T. Nueva York / corresponsal

INTERNACIONAL

14 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La ira de los radicales islamistas ha tenido otro efecto, además de los obvios, en Estados Unidos y es que ha llevado la política exterior de Washington al centro de la campaña electoral. A menos de dos meses de las presidenciales, los candidatos se han enredado en una discusión pública. Todo comenzó con la publicación de un comunicado de la campaña de Mitt Romney en el que criticaba a Barack Obama por haber pedido disculpas por el vídeo, pocas horas antes de que se conociera la muerte en Bengasi del embajador y de otros tres diplomáticos.

El equipo demócrata acusó a Romney de tratar de politizar una tragedia. La Casa Blanca explicó además que las disculpas por la película antiislamista a las que se refería Romney habían sido hechas por un funcionario de la embajada de El Cairo, pero no por la presidencia.

El propio Obama aprovechó una entrevista la noche del miércoles a la CBS para cargar contra su rival: «El gobernador Romney dispara primero y apunta después. Y algo que he aprendido como presidente es que no se puede hacer eso. Es importante asegurarse de que las declaraciones que se hacen están basadas en hecho reales y de cuáles van a ser sus consecuencias». Y a la pregunta de si pensaba que su rival político había sido irresponsable, contestó: «Voy a dejar que el pueblo americano conteste a eso».

Críticas a Romney

Las críticas a Romney no le llegaron solo desde las filas de los políticos demócratas. Medios de comunicación y expertos en política exterior rechazaron las palabras del republicano. The Washington Post, por ejemplo, publica un duro editorial en el que, entre otras cosas, decía que lo ocurrido «es un descrédito para su campaña».

Pero, si es lógico que los demócratas y los medios que habitualmente apoyan a estos hayan criticado a Romney, ya no lo es tanto que esas críticas vengan de su propio partido. En medio del rifirrafe lo que destaca es la profunda división que hay en el Partido Republicano. Mientras que algunos de sus compañeros salían a defender la actuación de Romney en este asunto, otros, como Mitt McConnell, el líder republicano en el Senado, aseguraba que consideraba que Obama había actuado bien reforzando la seguridad de las embajadas y se iba sin contestar cuando le preguntaron qué opinaba de los comentarios de Romney. Tampoco John McCain quiso responder a la pregunta de si su compañero de partido había ido demasiado lejos en sus declaraciones, aunque McCain sí criticó al presidente.