Franco inicia la presidencia de Paraguay aislado en la región

hugo ruíz olazar ASUNCIÓN / AFP

INTERNACIONAL

El nuevo jefe de Estado de Paraguay, Federico Franco, hace el signo de la victoria al llegar al palacio presidencial.
El nuevo jefe de Estado de Paraguay, Federico Franco, hace el signo de la victoria al llegar al palacio presidencial. JORGE ADORNO< / span> reuters< / span>

Recibió a los embajadores de EE.UU. y Alemania, y niega un golpe de Estado

24 jun 2012 . Actualizado a las 19:48 h.

El nuevo presidente de Paraguay, Federico Franco, dijo ayer que buscará conciliarse con los países vecinos, que cuestionan su legitimidad tras la destitución de su predecesor, Fernando Lugo, mientras el día transcurrió con normalidad en la calle.

«La situación no es fácil, reconozco que hay inconvenientes con la comunidad internacional», dijo Franco a medios internacionales.

Los Gobiernos de Argentina, Ecuador, Bolivia, República Dominicana, Venezuela y Cuba calificaron de «golpe de Estado» la destitución de Lugo y anunciaron que no reconocerán al nuevo jefe de Estado. Costa Rica incluso ofreció asilo al destituido presidente. México y Colombia criticaron las formas de la destitución de Lugo, y Perú habló de «revés democrático».

El nuncio apostólico Agustín Arietti fue el primer diplomático en visitar a Franco en la sede de Gobierno, poco antes de los embajadores de EE.UU. y Alemania. La UE y España se limitaron a pedir calma y a tomar nota de los acontecimientos.

«Vamos a hacer el mayor de los esfuerzos para tomar contacto con los países vecinos para tratar de ir demostrando con hechos nuestra clara vocación democrática», agregó Franco, aunque dio a entender que no participará en la cumbre del Mercosur, convocada para el jueves y viernes en Argentina.

«No veo por qué forzar la situación. Vamos a responder en su momento», dijo tras aclarar que no ha recibido una «invitación clara» del bloque, que integra con Brasil, Argentina y Uruguay. La presidenta Cristina Fernández reiteró que «Argentina no va a convalidar el golpe».

«Hoy la prioridad es ordenar la casa», afirmó Franco, al tiempo que insistió que en Paraguay «no hubo un golpe» de Estado.

Respecto a Brasil, especificó que un eventual bloqueo perjudicaría a los propios empresarios brasileños, con grandes intereses en el país. «Van a tener un trato preferencial», aseguró.

Las tensiones sociales que provocaron la crisis política siguen latentes. La Liga Nacional de Carperos, el movimiento de campesinos sin tierra que protagonizó el enfrentamiento que desató la crisis, llamó a sus seguidores a «permanecer movilizados» ante el «golpe parlamentario». Mientras, la Unión de Gremios de la Producción, desactivó la protesta prevista para el lunes por las invasiones de propiedades por campesinos sin tierra.