Su tercer puesto en las primarias socialistas lo hacía imprescindible en el nuevo Gobierno. El candidato revelación, Arnaud Montebourg, tendrá que morderse su afilada lengua ahora que es ministro de Recuperación Productiva, como se ha bautizado a Industria.
En su toma de posesión prometió «audacia». Sus tesis antiglobalización y su radicalismo de izquierdas no parecen correr el riesgo de desbordarse porque tiene una hoja de ruta claramente marcada por el presidente Hollande y el primer ministro Ayrault.
Tendrá que crear un banco público de inversiones, reorientar el ahorro hacia las pequeñas y medianas empresas y estudiar modificaciones en la fiscalidad para animar la instalación en el país de firmas extranjeras.
Deberá redefinir también junto al ministro de Economía la estrategia del Estado en las empresas en las que es accionista mayoritario.
Con su nombramiento, Hollande le agradece el apoyo que le prestó frente a Martine Aubry en las primarias y demuestra que le perdona: fue él quien la bautizó como Flamby y dijo en el 2007 que era «el peor defecto» de Ségolène Royal.
Ministro de Industria
Convencido antiglobalización, acusa a Merkel de «querer matar el euro» y de pasar por encima del orden de algunos países.