Londres arresta al clérigo radical Abu Qatada para extraditarlo a Jordania

Imanol allende LONDRES / CORRESPONSAL

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El ministerio del Interior inglés decidió retomar el proceso de deportación tras recibir garantías de que recibirá buen trato en el país asiático

18 abr 2012 . Actualizado a las 06:58 h.

Varios agentes de policía de la Agencia de Fronteras detuvieron ayer por la mañana al clérigo radical islamista Omar Othman, conocido como Abu Qatada, después de que el Ministerio del Interior decidiera retomar el proceso de deportación a Jordania tras recibir garantías de ese país de que recibirá buen trato. Hasta ahora los abogados del clérigo palestino-jordano habían alegado el peligro de que su cliente fuera torturado a su llegada al país asiático.

Este argumento, junto con la posibilidad de que Qatada fuera sometido a un juicio por terrorismo basándose en pruebas que podrían haber sido obtenidas bajo tortura, condujo a un tribunal británico a refrendar la decisión adoptada en enero por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de rechazar la extradición presentada por Londres.

Como consecuencia de ello, en febrero, tras permanecer seis años y medio detenido en la prisión de máxima seguridad de Long Lartin, el clérigo fue puesto en libertad.

Qatada, que pasa por haber sido la mano derecha del anterior jefe de Al Qaida, Osama Bin Laden, y el líder espiritual de este entramado terrorista en Europa, fue detenido a primera hora de la mañana en su vivienda en el norte de Londres en la que permanecía bajo estrictas medidas restrictivas, como no contar con acceso a Internet, tener controlado el teléfono móvil, llevar un brazalete electrónico y respetar un toque de queda por el que tenía que estar en su domicilio a las diez de la noche.

En este tiempo el Gobierno británico no ha cejado en su empeño por expulsar del país a este clérigo que utiliza sus sermones desde una mezquita de Londres para exhortar al martirio a los jóvenes musulmanes, pedir la muerte de los judíos y justificar los ataques suicidas de extremistas islámicos. En marzo la ministra del Interior del Ejecutivo conservador, Theresa May, viajó a Jordania para obtener garantías de que Qatada será tratado de acuerdo con los derechos humanos internacionales, poniendo fin de este modo a las objeciones de la defensa.

La deportación no es automática y «aún llevará un tiempo», advirtió May ayer a preguntas de los informadores. Qatada compareció ayer en compañía de sus abogados ante la Comisión Especial de Apelación de Inmigración que ha sido encargada de ver su caso.