Vía libre de Rusia a que hoy se autorice la misión de observadores
13 abr 2012 . Actualizado a las 07:01 h.Después de trece meses de represión y combates, Siria vivía ayer un frágil alto el fuego en medio de varios episodios violentos y acusaciones mutuas entre opositores y leales a Bachar al Asad de infringir la tregua. La ONU avaló el cese de las hostilidades. «Siria experimenta un inusual momento de calma», pese a que Siria no respetó completamente el plan de paz, informó el mediador Kofi Annan al Consejo de Seguridad de la ONU, por videoconferencia desde Ginebra. «La situación parece más tranquila», dijo por su parte el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, según informan las agencias.
Ante la relativa calma Annan llamó a la ONU a autorizar el despliegue inmediato de una misión de observadores para vigilar la tregua y al régimen de Bachar al Asad a retirar las tropas de las ciudades. Medidas que posibilitarían, a su entender, un diálogo político que cumpla las aspiraciones del pueblo sirio. Rusia dio vía libre a que hoy mismo el Consejo apruebe el proyecto de resolución para el envío de observadores
Manifestaciones
La calma reinó por la mañana en Siria tras la entrada en vigor del alto el fuego a las 6.00 horas locales. Momento que aprovechó la oposición para convocar protestas pacíficas contra el régimen. Horas después comenzaron a llegar noticias de ataques y fallecidos. Cinco personas, de ellas cuatro civiles, murieron y varias decenas resultaron heridas en Idlib y Hama, según recoge AFP del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Pero en su opinión el balance supone una ruptura con respecto a lo ocurrido la pasada semana, en la que se informaba de decenas de muertos al día. Sin embargo, la red de Comités de Coordinación Local elevó la cifra a 20, informa Efe.
Por su parte, la televisión estatal informó de una bomba detonada por «terroristas» al paso de un autobús, que causó la muerte de un oficial del Ejército y 24 de heridos en Alepo.
Los rebeldes del Ejército Sirio Libre se comprometieron a respetar al cien por cien el alto el fuego, al contrario de lo que estaba haciendo el régimen en Homs y Idlib, que acusaron de persistir en sus ataques, y descartaron cualquier implicación en el ataque de Alepo.
Los sirios desean que el alto el fuego dure, aunque lo dudan. «Ojalá que dure. Queremos que el derramamiento de sangre cese», afirmó por teléfono a la agencia France Press Wasim, comerciante en la plaza Sabá Bahrat de la capital. En un tienda vecina, unos jóvenes discuten sobre la crisis. «Es una farsa, el país no será nunca como antes», afirma el joyero Michel.