El «Titanic», un coloso no tan «insumergible»

Diego Pardo Amado LA VOZ

INTERNACIONAL

El impacto del iceberg produjo una apertura superior a 70 metros en el casco del barco

15 abr 2012 . Actualizado a las 05:02 h.

Nadie duda que el Titanic fue una exhibición de lujo, suntuosidad y también arrogancia, un titán que se creyó «insumergible». Y si bien las últimas investigaciones del Instituto de Física del Reino Unido (IOP) sostienen que estaba mal construido y con materiales de dudosa calidad, lo cierto es que la disposición de su compartimentado posibilitó que se mantuviese a flote durante casi tres horas. Bastante tiempo cuando cualquier otro barco de la época y de compartimentado normal habría sido engullido por el océano en menos de veinte minutos, según defiende José Antonio Bustabad Rey en su Informe pericial sobre las causas del naufragio del trasatlántico Titanic.

Pese a la fuerza del impacto, el choque apenas alteró la monótona vibración del buque y tanto una parte de la tripulación como de los pasajeros que sobrevivió al accidente declaró que percibió tan solo un «rozamiento o rascado perezoso».

Sin embargo, el golpe fue mortal y produjo una apertura superior a 70 metros en el casco de la nave. Más que suficiente para anegar el total de los dieciséis compartimentos de que disponía, lo que consiguió retardar su hundimiento, sostiene Bustabad Rey. No obstante, del estudio del IOP se deriva que la región del casco contra la que impactó el iceberg era más débil que la zona central, pues sus remaches no se apuntalaron usando prensa hidráulica sino manualmente.

Cualquier otro barco de la época habría sido engullido por el océano en menos de veinte minutos

Según el autor de Informe pericial, aunque el capitán Smith hubiese contado con las potentes turbobombas de carga y descarga de un superpetrolero actual, tampoco habría sido capaz de estabilizar la inundación de uno solo de los tanques del Titanic, ya que dadas las dimensiones de la avería, el volumen de agua entrante sería muy superior a la capacidad de aspiración de las bombas.

Tampoco abrir las puertas que comunicaban los compartimentos habría detenido la inundación sino todo lo contrario: provocaría el hundimiento del buque sin dar tiempo a arriar la mitad de los botes salvavidas.

Las condiciones atmosféricas fueron consideradas como la principal causa de la deriva del Titanic y de sus 1.517 víctimas, pero cien años después de la tragedia siguen surgiendo nuevas teorías que apuntan a fallos en la construcción del buque.