Los rebeldes acusan a Al Asad de masacrar a 47 mujeres y niños

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Damasco rechaza la versión y dice que los autores fueron los opositores

13 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El terror y la muerte que sufren los civiles sirios parece no tener límite en medio de la falta de una respuesta internacional unánime. El régimen de Bachar al Asad y la oposición se acusaron ayer de la matanza de al menos 47 civiles, la mayoría mujeres y niños, la noche del domingo en un suburbio del golpeado bastión rebelde de Homs, mientras se constaba una vez más la división en el Consejo de Seguridad de la ONU y la falta de avances en la mediación de Kofi Annan. El mediador exigió detener ya la muerte de civiles, mientras la oposición instaba a una urgente intervención militar extranjera. «El mundo debe enviar un mensaje claro de que esta situación es inaceptable», afirmó en Turquía antes de reunirse con el primer ministro Erdogan.

«Los cuerpos de al menos 26 niños y 21 mujeres fueron hallados en los barrios de Karm al Zeitun y al Adawiye, tras ser asesinados por los shabiha [matones del régimen]», declaró a la agencia AFP el activista Hadi Abdalá. Tanto él como otras fuentes opositoras apoyaron sus acusaciones mostrando imágenes de cuerpos de niños y adultos degollados, apuñalados o carbonizados con, al parecer, combustible de calefacción.

Según Abdalá, miembro de la Comisión General de la Revolución Siria, «miembros del Ejército Libre Sirio Libre llevaron los cadáveres al barrio de Bab Sebaa [en Homs]), más seguro», donde fueron fotografiados.

«Algunas víctimas, sobre todo los niños, fueron golpeadas en la cabeza con objetos cortantes. Una niña fue mutilada y algunas mujeres fueron violadas antes de ser asesinadas», agregó.

Guerra propagandística

El régimen, a través de sus medios de prensa, rechazó la acusación y culpó a «las bandas terroristas» -término con el que se refiere a los opositores- de haber «secuestrado a ciudadanos en Homs y de haberlos asesinado y filmado para provocar reacciones internacionales contra Siria». El ministro de Información, Adnan Mahmud, acusó además a Arabia Saudí y a Catar de ser «cómplices» de esas bandas. También difundieron imágenes de civiles muertos, como las de varios hombres con las manos atadas a la espalda en una calle de Homs.

Una guerra de propaganda que acompaña a la represión, y que ningún medio independiente tiene la oportunidad de contrarrestar por las pertinentes restricciones de Damasco a la prensa internacional.

Tras calificar de «gran mentira» la versión gubernamental, George Sabra, dirigente del Consejo Nacional Sirio (CNS), la oposición en el exilio que aspira a liderar una transición pos-Asad, solicitó ante la prensa en Estambul «una intervención militar internacional y árabe urgente», así como la instauración de una zona de exclusión aérea y bombardeos contra el aparato militar del régimen de Al Asad. Burhan Ghaliun, presidente del CNS, estimó que la comunidad internacional no puede continuar haciendo promesas vacías.

Por cuarto día, las fuerzas sirias prosiguieron el asalto a la ciudad de Idlib, en el que habrían 25 muertos ayer. Ankara cifró en al menos 189 los sirios que han cruzado a Turquía desde el sábado, huyendo de los bombardeos. El exministro de Defensa Mustafá Tlass está en París desde hace varios días, pero se desconoce si ha desertado.