Las deserciones de dos generales, nuevo revés para el régimen sirio

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

MUHAMMAD HAMED / REUTERS

La mayor organización opositora crítica al mediador Kofi Annan

10 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La deserción de dos generales y un coronel es un nuevo revés para Bachar al Asad, un día después de sufrir la primera baja entre los miembros del Gobierno de Siria, tras la renuncia del viceministro del Petroleo, Abado Hussameddin.

El Gobierno de Turquía confirmó ayer la deserción de los tres oficiales sirios, que habían logrado pasar a través del paso fronterizo de Hatay. Poco antes la agencia semioficial Anatolia informaba de la llegada de dos generales, un coronel y dos suboficiales a la aldea turca de Reyhanli. Con los dos de ayer, son ya cuatro los generales de Al Asad que han dejado sus puesto, según confirmó el Ministerio de Exteriores turco a la agencia de noticias DPA.

El Ejército de Bachar al Asad ha extremado la vigilancia sobre el gran componente suní, confesión de los opositores, que forma el grueso de sus tropas. «Los que combaten la insurrección son ahora casi exclusivamente alauíes, rama del chiismo a la que pertenece Al Asad, y milicianos pagados por el régimen», según una fuente franco-siria del aparato de seguridad que cita el diario Le Figaro.

Muchos sirios han encontrado refugio en Turquía desde el inicio de la represión, y entre ellos muchos militares. Unos 12.000 sirios han sido acogidos en campos de refugiado en la región de Hatay, donde también tienen su base los líderes del opositor Ejército Sirio Libre, formado por desertores, entre ellos su jefe, el coronel Riad al Asad.

Turquía es la única vía de escape. El Líbano ya ha dejado claro que no será retaguardia de la oposición armada siria y que extraditará a todo refugiado que porte un arma. «El que crea que Beirut permitirá bases opositoras llama a la puerta equivocada», afirmó hace unos días a la prensa el comandante libanés, Jean Kahwayi. Mientras, miles de jordanos se lanzaron a la calle para protestar contra el régimen de Damasco.

Al menos 60 personas murieron ayer en todo el país, según fuentes activistas, en la víspera de la llegada del enviado de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan, para mediar en el conflicto.

Una mediación que parece llamada a fracasar. Annan ha enfurecido al más destacado grupo opositor tras su llamamiento a la oposición a dialogar con el régimen y criticar la acción armada. «Este tipo de comentarios son decepcionantes y no dan mucha esperanza para los sirios que están siendo masacrados todos los días», declaró a Al Yazira Burhan Ghalioun, presidente de la Consejo Nacional de Siria (CNS), que añadió que cualquier solución a la crisis debe ir acompañada de la presión militar sobre Bachar al Asad.

Kofi Annan se reunió anoche con Serguéi Lavrov, jefe de la diplomacia de Rusia, fiel aliado de Siria, antes de citarse hoy con Al Asad. Mientras la responsable de las operaciones humanitarias de la ONU, Valerie Amos, anunció un acuerdo con el régimen para una «misión de evaluación humanitaria preliminar» en las zonas de conflicto en Siria.