Ofensiva diplomática de EE.UU. y Europa para aislar al régimen sirio

La colisión entre Occidente y Rusia por la crisis siria lejos de amainar se profundiza, mientras el Ejército sirio prosigue el castigo a sangre y fuego de los bastiones rebeldes, especialmente en Homs, donde dejó ayer más de medio centenar de muertos. EE.UU., el Reino Unido y la Unión Europea lanzaron ayer una ofensiva diplomática con el objetivo de contrarrestar el veto ruso y chino a la nueva resolución de la ONU y reforzar el aislamiento de Bachar al Asad, en medio de un nuevo intercambio de reproches con Moscú. Washington ordenó el cierre de su sede diplomática en Damasco y la marcha del país de su embajador y personal. El Reino Unido optó por llamar a consultas a su embajador. La UE ya se prepara para ampliar las sanciones contra Siria en el Consejo de Ministros Exteriores del día 27, pero por ahora no dejará su oficina en la capital siria. En vísperas de su visita a Damasco, el jefe de la diplomacia de Rusia, Serguéi Lavrov, criticó la reacción «indecente y al borde de la histeria» de Occidente, mientras que Pekín argumentó que los cambios de régimen no trajeron nada bueno a Afganistán y Libia. A las críticas se unió el desplante del Kremlin a Nicolas Sarkozy. Después de anunciar que mantendría por la tarde una conversación telefónica con su homólogo ruso, Dmitri Medvédev, la Presidencia rusa descartó tal contacto. «No hay ninguna conversación prevista en la agenda», dijo una portavoz. En París, Sarkozy y Angela Merkel anunciaron la creación de un grupo de contacto internacional de apoyo a la población siria, tras mostrase «escandalizados» por el fracaso de la resolución en la ONU. El cierre de la embajada de EE.UU. no significa la ruptura de relaciones diplomáticas, pero envía la señal de que Washington ya no tiene nada más que hablar con Al Asad. «Rusia y China terminarán lamentando su decisión», dijo en tono amenazador la embajadora de EE.UU. ante la ONU, Susan Rice. Barack Obama hizo de poli bueno al señalar a la cadena NBC que sigue apostando por una solución diplomática. Pero, también dejó claro que «la cuestión no es si caerá el régimen sirio, sino cuándo». Arabia Saudí, implicada en la caída de Al Asad, instó a la comunidad internacional a tomar «medidas esenciales para proteger vidas inocentes» en Siria, advirtiendo de una inminente catástrofe humana. Consejo revolucionario Un grupo de militares desertores sirios anunciaron la formación del llamado Consejo Militar Revolucionario Supremo para Liberar Siria, que estará encabezado por el general de brigada Mustafá Ahmad al Sheij, el oficial desertor de mayor rango. Sin embargo, en el Ejército Libre Sirio (ELS) afirman que Al Sheij no ha coordinado con ellos la formación del nuevo órgano, otra señal de divergencias entre los rebeldes. Por tercer día, Homs despertó bajo un violento bombardeo de artillería en el que participaron helicópteros, según recoge la cadena Al Arabiya. «Al menos diez proyectiles de mortero cayeron en clínicas improvisadas que los rebeldes establecieron en varias viviendas para tratar a los heridos», denunció a DPA el activista Omar Homsi. «Es una guerra real la que estamos afrontando», añadió el activista desde la zona. «Decenas de proyectiles cayeron en los barrios de Baba Amr y Al Bayada, impactando en edificios residenciales e incendiando algunos de ellos», señaló Omar Idlibi, portavoz de los Comités de Coordinación Local. De acuerdo con la oposición, los muertos ascendían ayer solo en Homs a 39, entre ellos varios menores. Mientras, centenares de carros blindados tomaron por asalto Zabadani, ciudad del noroeste de Damasco.

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