El Sinn Féin reclama un referendo sobre la independencia del Úlster

imanol allende LONDRES / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Los comentarios de Martin McGuinness apenas tuvieron eco en Londres, dada la evidente división y enfrentamiento entre los nacionalistas y los unionistas en Irlanda del Norte

31 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Aún no se han silenciado los ecos independentistas por los planes de Escocia de celebrar un referendo sobre su autodeterminación en el 2014, cuando ayer el número dos del Sinn Féin, Martin McGuinness, mostraba su deseo de convocar una consulta sobre el futuro del Úlster para saber si quiere continuar formando parte del Reino Unido o prefiere unirse a la República, uno de los objetivos políticos del Sinn Féin.

En una entrevista ofrecida al rotativo irlandés Irish Examiner, McGuinness dijo que el referendo se celebraría pasadas las próximas elecciones a la Asamblea de Irlanda del Norte, prevista para una fecha entre los años 2015 y 2016, cuando Irlanda celebrará el centenario del levantamiento de Pascua, un alzamiento que duró seis días contra la dominación británica.

«Podría tener lugar en algún momento entre 2016 y 2020-21», explicó el exdirigente del IRA en Londonderry. Agregó que «la pregunta sería muy sencilla, si los norirlandeses de los seis condados quieren o no mantener el vínculo con lo que se define como Reino Unido o ser parte de una Irlanda unida».

En Londres, los comentarios de McGuinness apenas tuvieron eco. Escocia no es Irlanda del Norte y mientras que al norte de la frontera inglesa la población independentista y aquellos que prefieren su unión con Inglaterra han convivido en paz, la historia reciente del Úlster demuestra la división y enfrentamiento en su sociedad entre los nacionalistas irlandeses y los unionistas. Un Úlster unido a la República sería un foco de violencia. Según el censo del 2001, el 40 % de la población es católica, frente al 46 % protestante.

Por otro lado, no está claro que todos los católicos en la provincia quieran segregarse del Reino Unido y ser gobernados por un país cuya economía atraviesa una aguda crisis. McGuinness, sin embargo, cree que «es un error pensar que la gente va a decidir sobre su futuro en base a lo que ha sido un período particularmente desastroso de la gestión de la economía por el Gobierno de Dublín».