En Portugal llevan limosnas a Cavaco

emilio rappold LISBOA / DPA

INTERNACIONAL

Miles de indignados piden su dimisión por quejarse de sus pensiones

27 ene 2012 . Actualizado a las 07:08 h.

Un desliz verbal ha puesto al presidente de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, en la picota. En el país más sacudido por la pobreza y la recesión en Europa occidental, Cavaco osó quejarse de su «escasa» pensión, y con ello se convirtió en blanco de la furia de decenas de miles de indignados que piden su cabeza.

Hasta ayer, 36.000 personas habían firmado en Internet una petición de renuncia del socialdemócrata. No solo ciudadanos y la oposición, también medios y la Iglesia se mostraron consternados.

Cavaco eligió muy mal sus palabras, criticó el arzobispo de Braga, Jorge Ortiga.

El martes, centenares de personas acudieron a la residencia oficial para expresar su ira. «¡Fuera!», gritaban, y juntaban «limosnas» para el «pobre presidente». Dejaron frente a la puerta monedas, paquetes de arroz, leche y cereales.

Todo comenzó la semana pasada cuando Cavaco fue informado de que una de sus pensiones se vería afectada por los recortes. «Voy a recibir 1.300 euros, sí, no escucharon mal, 1.300, no voy a poder hacer frente a mis gastos», se quejó.

Lo que no dijo es que esa es solo una de sus pensiones. En el 2011, al entrar en vigor una ley que prohíbe recibir pensiones y salario del Estado, el político, de 72 años, renunció a sus haberes como presidente, de 6.523,93 euros brutos, pues era inferior a sus pensiones, de más de 10.000.

En Portugal, un jubilado medio vive con 400 euros y la mayoría de los jóvenes no gana más de 500. En la petición de dimisión se recuerda que fue Cavaco quien decretó el Presupuesto del 2012 que prevé, entre otros recortes, la supresión parcial o total de los salarios 13 y 14 de los jubilados que ganan más de 600 euros. El presidente intentó disculparse y dijo que solo quería destacar que él también hace sacrificios. Para Nuno Luis Marreiros, ideólogo de la petición de renuncia, no es suficiente y la llevarán al Parlamento.