Dimite el jefe de la Casa Blanca a once meses de las elecciones

victoria toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

KEVIN LAMARQUE

Carecía de sintonía con congresistas y con el círculo del presidente

10 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

A las tres en punto de la tarde de ayer comparecía Barack Obama ante los medios periodistas en una conferencia de prensa que había sido anunciada pocos minutos antes. Eso ya era raro, pero más lo es que el presidente estadounidense apareciera exactamente a la hora anunciada, lo que no es nada habitual. A su izquierda, William Daley, su hasta ahora jefe de gabinete (similar a un primer ministro) y a su derecha, Jack Lew que era el director de presupuesto. Lo que Obama iba a anunciar era la dimisión del primero y el nombramiento para su puesto del segundo.

Daley deja la Casa Blanca un año después de sustituir como jefe de Gabinete a Rahm Emanuel. Cuando llegó a ese puesto en Washington anunció que su intención era acabar la legislatura, pero algo se ha torcido en el camino. Y además en un año fundamental para Obama, porque se juega la reelección dentro de once meses.

Daley, de 63 años, pertenece a una importante familia política de Chicago y aunque trabajó en la Casa Blanca durante el Gobierno de Bill Clinton se le asocia más con la empresa privada. Precisamente la intención de Obama cuando lo nombró era acercarse al mundo empresarial, un área en el que tenía problemas y que se consideraba fundamental para este año electoral.

Esa función sí la ha cumplido en parte Daley, pero con lo que chocó desde el principio fue con el Congreso. Eran conocidas en Washington sus malas relaciones con los legisladores, incluidos los demócratas. Y también ese es un aspecto que le está trayendo muchos problemas a Obama, además de las complicaciones que ya tiene con que la Cámara de Representantes sea de mayoría republicana.

Por esa razón, desde hace unos meses las funciones de contacto entre la presidencia y el Congreso se habían traspasado desde el jefe de gabinete al director de presupuesto, el mismo Lew que ayer sustituyó a Daley en el cargo.

Otro aspecto polémico del período de Daley en la Casa Blanca ha sido su relación con los propios funcionarios de la presidencia. Desde el principio hubo quejas en las oficinas presidenciales porque el nuevo jefe de gabinete impedía la entrada a reuniones importantes a asesores del presidente que con Emanuel tuvieron libre acceso.

Y todo esto sucede además cuando aún colea lo desvelado en el libro Los Obama sobre la influencia de Michelle Obama en la dimisión de dos de los cargos más altos del gabinete de su marido, uno de ellos precisamente Emanuel, antecesor de Daley en el cargo de jefe de gabinete.

Según se filtró ayer, Daley presentó su carta de renuncia el pasado día 3, pero Obama le pidió que lo pensara durante 24 horas. Al día siguiente, Daley reiteró su deseo de volver a Chicago y Obama aceptó su dimisión.

En la rueda de prensa de ayer, Obama agradeció a William Daley su trabajo al frente de su oficina, pero sobre todo le agradeció «su extraordinaria amistad y su lealtad», dijo el presidente estadounidense después de afirmar que había desempeñado el que sin duda es uno de los cargos más difíciles de Washington. Daley, a su lado, asentía levemente con la cabeza.