Miles de sirios piden en las calles la ayuda de los observadores

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Un soldado patea a un detenido en el suburbio de Duma.
Un soldado patea a un detenido en el suburbio de Duma. Reuters< / span>

Los desertores declaran una tregua para facilitar la labor de la misión

31 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Cientos de miles de manifestantes inundaron ayer las calles de dieciocho provincias de Siria tras el rezo musulmán del viernes en una de las mayores protestas contra el régimen de Bachar al Asad, muchas de las cuales desembocaron en una batalla campal con las fuerzas sirias. El saldo de la jornada, convocada bajo el lema «Viernes de dirigirse a las plazas de la libertad», fue de 32 muertos, siempre según fuentes opositoras.

La convocatoria tenía el objetivo de demostrar a los observadores de la Liga Árabe el nivel de disidencia popular contra el régimen y convencerlos de que resuelvan su difícil situación. También para mostrar su decepción con la marcha de la misión ya que ha fracasado en su objetivo de impedir el fin de la represión contra la población.

Los activistas informaron de que los mayores manifestaciones tuvieron lugar en la provincia noroccidental de Idlib y en la ciudad de Hama, centro del país. Solo en Idlib se manifestaron más de 250.000 personas, según el opositor Observatorio de los Derechos Humanos (OSDH), coincidiendo con la llegada de los observadores.

Bombas de clavos

Las protestas llegaron también a cerca de Damasco, concretamente al suburbio de Duma, donde se reunieron unas 100.000 personas. Esta protesta acabó en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Según el OSDH, los agentes utilizaron bombas de clavos, además de gas lacrimógeno y granadas de aturdimiento para dispersar a los manifestantes frente a una mezquita. «Más de cien personas resultaron heridas, afirmó Omar Hamza, un testigo, a Al Yazira. Esta cadena catarí comprobó cómo los manifestantes estaban ansiosos de mostrar a los observadores la situación que están viviendo, pero también su decepción por no frenar la represión.

La misión es considerada una maniobra de distracción de Damasco para evitar que el Consejo de Seguridad de la ONU gestione la crisis. Omar Idlibi, portavoz de los Comités de Coordinación Locales, volvió a pedir la dimisión del jefe de la misión, el general sudanés Mohamed Ahmed al Dabi, porque es «un destacado militar de un régimen conocido por haber reprimido también a la oposición».

Desde Turquía, el Ejército Sirio Libre, milicia formada por soldados desertores, anunció ayer el cese de sus ataques contra las fuerzas sirias y que solo actuará en defensa propia para facilitar la labor de los observadores. Afirman que así se evitará que la misión de la Liga Árabe dé crédito a las acusaciones del régimen de que detrás de las revueltas están grupos terroristas armados.