Los diplomáticos iraníes cumplen la orden de abandonar el Reino Unido

Imanol Allende LONDRES / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

La bandera iraní siguió ondeando en la embajada, situada en el elegante barrio de Knightsbridge, mientras los trabajadores cargaban maletas y cajas de cartón.

03 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

A primera hora de la tarde de ayer abandonaban la Embajada de Irán en Londres los alrededor de 20 diplomáticos y sus familias, cumpliendo de esta manera el ultimátum de 48 horas que había impuesto el Reino Unido tras el ataque a la embajada británica en Teherán.

El ministro de Exteriores británico, William Hague, había dado a los diplomáticos iraníes hasta las 14.00 horas, una más en España, para abandonar el edificio. La bandera iraní siguió ondeando en la embajada, situada en el elegante barrio de Knightsbridge, mientras los trabajadores cargaban maletas y cajas de cartón con inscripciones en farsi en un pequeño camión de mudanzas y en vehículos privados. Los diplomáticos iraníes, junto a sus familias, abandonaron territorio británico desde el aeropuerto de Heathrow, en un avión de la compañía Iran Air pasadas las 16.00 horas.

Durante las labores de abandono de la embajada, una veintena de manifestantes, la mayoría del movimiento London Green Movement (Movimiento Londres Verde), opuestos al presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, y activistas pro derechos humanos en Irán, se congregaron en las afueras para protestar contra el régimen de Teherán con gritos de «los terroristas tienen que irse» y pancartas que decían «Irán libre».

Dominick Chilcott, el embajador británico en Irán, confirmó a la cadena BBC que el ataque y asalto de su embajada en Teherán contaba con el respaldo de individuos del régimen de los ayatolás. «A ciertas personas del Gobierno iraní les gustaba la idea de un enfrentamiento, ya que esto uniría al pueblo bajo una sola bandera. Por desgracia, no calcularon la rudeza de los manifestantes basij [estudiantes islámicos] ni la fuerte y obligada respuesta del Gobierno británico cerrando su embajada en Londres», dijo Chilcott.