Los cristianos en Egipto, cautelosos ante las decisivas elecciones

Christine Bro / Dpa

INTERNACIONAL

Los coptos temen el ascenso de los islamistas al poder y dudan de que obtengan representación en el nuevo Parlamento.

27 nov 2011 . Actualizado a las 13:29 h.

Mientras Egipto se prepara para los cruciales comicios a partir del lunes, de los que saldrá elegido un nuevo Parlamento, la minoría cristiana teme por su destino si los fundamentalistas islámicos logran hacerse con una gran cuota de poder en la nueva era democrática. Las encuestas les atribuyen un fuerte resultado en los comicios que se celebrarán entre el 28 de noviembre y el 10 de enero, los primeros desde el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak el pasado febrero.

La minoría cristiana en el país de mayoría musulmana lleva décadas denunciando la discriminación y muchos se muestran también escépticos de que un nuevo gobierno vele ahora por sus intereses. «Estoy sobre todo preocupado por que los salafistas limiten las libertades religiosas, cesen la construcción de iglesias y gobiernen estrictamente el país según la ley islámica o sharia», dice Magal Naggie, un cristiano copto que trabaja como farmacéutico. Alrededor del 10 % de los 80 millones de egipcios son cristianos. Los salafistas, un sector ultraconservador, conforman una mayoría entre la población musulmana, pero se espera que adquieran una considerable influencia en un nuevo gobierno. «Lo que también me preocupa es que los medios estatales permitan que radicales musulmanes como Mohammad Amar digan a la gente que no elijan a candidatos cristianos», confiesa Naggie a dpa.

Amar es un clérigo salafista que recientemente emitió una fatwa o edicto religioso prohibiendo votar a cristianos, seculares y candidatos liberales en los comicios, a expensas de cometer un «grave pecado».

Sin embargo, los cristianos aseguran que no son los únicos a quienes les preocupa que los islamistas lleguen al poder. Sus compatriotas musulmanes y otras minorías también se muestran reticentes. Musulmanes y cristianos estuvieron unidos durante la revuelta popular que acabó con la caída del represor régimen de Mubarak, que gobernó durante casi tres décadas. Pero ese acercamiento duró poco.

En los últimos nueve meses, el país ha visto la peor violencia sectaria en décadas. A comienzos de octubre, 27 personas, la mayoría cristianos coptos, murieron en enfrentamientos entre el Ejército y manifestantes en el centro de El Cairo. Y muchos cristianos creen que la incertidumbre que prevalece en el país bajo el régimen militar podría perjudicar aún más su estatus y sus intereses. «Hemos dejado de confiar en el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas después de que las tropas atacaran a manifestantes cristianos pacíficos», afirma George Wadei, un trabajador cristiano.

Para las minorías y para los seculares, la euforia inicial de la primavera árabe que ha barrido el mundo árabe desde inicios de año ha amainado y los islamistas han emergido como una potencia influyente tras las revueltas. «La gente que ahora busca un Estado islámico en Egipto no es consciente de que todos los Estados religiosos han fracasado», señala el activista cristiano Rami Kamel. «Los cristianos deben apoyar a los candidatos liberales y seculares porque un Estado civil no sólo es importante para Egipto, sino para el conjunto de la región», señaló.

Los cristianos del país se sienten desde hace mucho tiempo ciudadanos de segunda clase, mal representados en las instituciones estatales y en los puestos de toma de decisión. Los influentes Hermanos Musulamanes aseguran favorecer un Estado civil, no una teocracia, con una Constitución basada en la sharia o ley islámica. «El Estado civil que perciben los Hermanos Musulmanes garantiza derechos iguales a los coptos», aseguró recientemente Mohammad Morsi, portavoz del grupo, en declaraciones a la televisión estatal.

El brazo político del grupo, el partido Libertad y Justicia, asegura que apoya el nombramiento de coptos en puestos del gobierno, pero adhiere al punto de vista islámico de que cristianos y mujeres no pueden ser presidentes. «Pese a ser cristiano, no estoy totalmente en contra de tener un Estado basado en la sharia si es lo que la mayoría quiere y si garantiza libertades para todos», explica la intérprete Mandy Fahmy. «Pero ello depende de cómo se implemente la sharia», añade.

Los cristianos luchan mientras tanto para adaptarse a la nueva realidad egipcia, mientras muchos dudan si obtendrán la esperada representación en el nuevo Parlamento que surja de las urnas. Algunos expertos prevén una representación cristiana inferior al uno por ciento debido a que los partidos políticos están presentando a muy pocos candidatos cristianos a los comicios.

Según el activista copto Jane Lomil, los cristianos, excluidos de la escena política en los últimos 30 años, se han estado definiendo a sí mismos como «cristianos en lugar de egipcios». «La cuestión ahora es si la comunidad cristiana egipcia será capaz de volver a entrar en la vida política como ciudadanos egipcios y no sólo cristianos».

En los días previos al inicio de los comicios, los egipcios hacen recuento de sus vidas y de la situación del país. «Lo que ven ahora en Egipto es resultado de 60 años de gobierno represor, una educación pobre y polarización del pueblo», asegura Fahmy. «Voy a votar por el candidato o partido que pueda lograr una mayor renovación en todo el país. Todo lo que nos rodea es terrible».