El mariscal Tantaui, el nuevo enemigo

Anne-Beatrice Clasmann EL CAIRO / DPA

INTERNACIONAL

22 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El movimiento que derrocó a Hosni Mubarak se siente engañado en su revolución; y su nuevo enemigo es el mariscal Tantaui.

Las primeras elecciones sin Mubarak deberían ser una fiesta de la democracia en Egipto, pero sin embargo el país está de luto. A una semana de los comicios, vuelve a correr la sangre en la plaza Tahrir. Los militares, ensalzados por los jóvenes de la revolución como héroes, se han convertido en el enemigo. «El pueblo quiere la caída del mariscal», exigían los manifestantes. El presidente del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, Mohamed Huseín Tantaui, es para ellos el nuevo Mubarak.

Los únicos que mantienen la cabeza fría en medio del caos son los islamistas. Y es que los Hermanos Musulmanes y su posible socio de coalición -los radicales del movimiento salafista y de la Yamaa Islamiya- tienen dos objetivos concretos. Por un lado, quieren ser la fracción más fuerte del Parlamento para influir en la redacción de la nueva Constitución. Por el otro, quieren evitar que los militares predeterminen las bases de esa Carta Magna, que constituirían un obstáculo a sus planes para la islamización del Estado.

Por ello y porque la cúpula militar aún no estableció una fecha para elegir presidente, sus seguidores se manifestaron el viernes en Tahrir. Y junto a ellos, miembros de la izquierda y liberales criticaron también las líneas constitucionales formuladas por el vicejefe de Gobierno, Alí al Selmi, aunque por motivos bien distintos.

Casi todos los partidos critican el llamado Comunicado Selmi que garantiza al Ejército una amplia autonomía, así como un papel decisivo en el proceso político hasta la elección del nuevo presidente. Además, prevé que solo 20 de los 100 miembros de la comisión constitucional procedan de las urnas. Los otros 80 serían expertos en parte designados.

Lo que no rechazan todos los partidos es que en la Carta Magna se fije que todo ciudadano tiene derechos, ya sean mujeres o cristianos. El politólogo Abdel Moneim Said cree que lo mejor para Egipto sería un Estado al estilo turco. Pero en el peor de los casos, opina, Egipto será testigo del nacimiento de un Estado según el modelo iraní.