Palestina pone a Europa en evidencia

Miguel A. Murado

INTERNACIONAL

12 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

P alestina está empeñada en una curiosa batalla: sabe que no puede vencer la influencia de Estados Unidos (a su vez sometido a la influencia de Israel), pero al menos quiere sacarles los colores a los defensores de la paz y los derechos humanos en el mundo. La inteligente estrategia del ministro de Exteriores palestino, Riad al Malki, está dirigida justamente a eso: a que el mundo se aclare, a que quienes dicen estar a favor de «un Estado palestino al lado de Israel» lo demuestren. Como era de esperar, uno tras otro, todos van fallando el «test».

Primero fue Estados Unidos, que tuvo que acabar reconociendo ante la ONU en pleno su total parcialidad a favor de Israel. Nada que no se supiese, pero la diplomacia norteamericana tardará en recuperarse del golpe (acaba de dimitir el enviado de Washington a Oriente Medio, Dennis Ross, a quien ya no reciben en ningún sitio). Ahora le ha tocado el turno a Europa, que se pretende la alternativa ética al unilateralismo de Washington. Gran Bretaña, Francia y Portugal, que se sientan en el Consejo de Seguridad, habían indicado que apoyarían a Palestina. Ayer, milagrosamente, sus votos no estaban. Han bastado unas semanas de presiones desde Washington y Tel Aviv para torcerles el pulso. Pero ha sido otro mal trago. Cuando el ministro de Exteriores británico, William Hague, anunció el cambio de postura en el Parlamento, se escucharon gritos de «¡Vergüenza!, ¡vergüenza!». Y eran de su propio partido.

Para los palestinos, es una victoria mínima pero gratificante. Estos son los países que se han pasado años sermoneándolos. Sacar a la luz sus incoherencias, su falta de independencia y, en definitiva, la hipocresía del «proceso de paz» es, seguramente, un trámite necesario para plantear el problema en otros términos y buscar otras soluciones.