EE.UU. reanuda los juicios militares en Guantánamo

guantánamo / dpa

INTERNACIONAL

El presunto cerebro del ataque al «USS Cole» podría ser condenado a muerte

10 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El presunto cerebro del atentado contra el USS Cole en octubre del 2000, el saudí Abd al Rahim al Nashiri, se presentó ayer ante un tribunal militar en Guantánamo, en su primera comparecencia desde su captura hace nueve años.

Acompañado de sus abogados y sentado al final de una larga mesa, Al Nashiri, de 46 años, se negó a declararse culpable o inocente ante el tribunal militar que lo juzgará.

Al Nashiri está acusado de planear el bombardeo en el 2000 del buque estadounidense USS Cole, atracado en la costa de Yemen, en el que murieron 17 soldados norteamericanos y 40 más resultaron heridos.

El suyo es el primer juicio ante un tribunal militar de Guantánamo desde que Barack Obama ordenó en marzo la reanudación de este tipo de procesos contra presuntos terroristas en la base norteamericana en Cuba. De ser hallado culpable, podría ser el primer condenado a muerte juzgado en Guantánamo.

La vista de ayer estaba destinada solo a la lectura de los cargos, que incluyen conspiración para cometer un acto terrorista, ataque a civiles y violación de las leyes de guerra.

El Pentágono, que es la parte acusadora de Al Nashiri, también afirma que el saudí estuvo detrás del intento de atentado contra el USS The Sullivans, en el puerto de Adén, en enero del 2000, así como en el ataque contra el buque petrolero civil francés MV Limburg, en el golfo de Adén en octubre del 2002, que causó la muerte de una persona.

Según documentos sacados a la luz en el 2009, Nashiri fue sometido a waterboarding, un proceso de tortura basado en simular un ahogamiento. El propio acusado aseguró en el 2007 que confesó el ataque al USS Cole tras haber sufrido varios episodios de tortura.

El fiscal, general de brigada del Ejército Mark Martins, dijo que el Gobierno no aceptará pruebas que se hayan obtenido «bajo tortura o tratamiento cruel e inhumano», y señaló que el juicio podría comenzar en un plazo de 120 días.

El principal abogado defensor, Richard Kammen, le dijo al juez, coronel James Pohl, que le preocupa que su cliente no vaya a recibir un juicio justo, pues está convencido de que los tribunales militares fueron organizados «para condenar y matar». Además, considera injusto que su equipo no lograra ver hasta el martes las 200 páginas sobre las normas de la comisión, y que la defensa no conozca las pruebas contra él. Fiscales militares, sin embargo, defendieron la necesidad de mantener el secreto en un juicio de este tipo. El fiscal jefe, Mark Martins, aseguró que los secretos del país «no son un libro abierto».