Las fuerzas de seguridad sirias mataron ayer al menos a 37 civiles, en una de las jornadas más violentas desde hace semanas y en la que la oposición convocó una manifestación para exigir una zona de exclusión aérea que ponga fin a la sangrienta represión.
La mayor parte de las víctimas se contabilizaron en las ciudades de Homs (20 muertos) y Hama (17), dos de los principales focos de contestación al régimen de Bachar al Asad, cuando las fuerzas de seguridad dispararon con fuego real para dispersar a los manifestantes, según recogen las agencias de noticias de fuentes opositoras.
Activistas radicados en Londres y Beirut informaron de arrestos masivos en la provincia de Idlib, cerca de la frontera turca, y de que el Ejército está utilizando aviones de guerra para localizar a los manifestantes y alertar a las tropas para actuar contra ellos.
Refugio en Turquía
El Gobierno turco proporciona refugio no solo a los civiles sirios que huyen de la violencia en el país, sino también a los desertores que combaten contra el régimen sirio, según The New York Times. El autodenominado Ejército de la Siria Libre instaló un campamento en el sur de Turquía organizado por el general desertor Riad al Asad, según dijo el propio militar al diario.
Hasta ahora, el grupo dispone solo de armas que se llevan los desertores en su huida. En el campamento se encuentran entre 60 y 70 miembros.
España convoca al embajador
El Gobierno español convocó ayer al embajador sirio en Madrid para transmitirle su preocupación por supuestos actos de hostigamiento contra opositores sirios residentes en el país realizados por personal de esa embajada de Siria.
Amnistía Internacional estimó a principios de octubre que los opositores sirios en Europa y América son «sistemáticamente vigilados y hostigados» por los funcionarios de las embajadas sirias que actúan por órdenes del régimen de Al Asad.
Francia, Suecia y Estados Unidos ya han expresado su preocupación ante estas acusaciones, y el Reino Unido ha convocado dos veces al embajador de Siria en Londres.