El temor a un contagio de la primavera árabe hizo elevar la represión en muchos países

NUEVA YORK / AFP

INTERNACIONAL

26 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Los levantamientos de la primavera árabe han sido la fuente de inspiración no solo para miles de manifestantes en el mundo, sino para un aumento de la represión en muchos países, según un informe publicado ayer por la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH).

La gente sigue siendo encarcelada y torturada incluso en países donde sus Gobiernos han cambiado, aseguraron los investigadores del FIDH. La primavera árabe ha llevado restricciones en los medios y en la libertad de expresión a Bangladés, China, Corea del Norte, Irán, Laos, Malasia, Nepal, Sri Lanka, Tailandia y Vietnam.

La nobel de la paz birmana Aung San Suu Kyi subrayó los casos de Zimbabue y China. «Todo está pensado para controlar la sociedad civil y los medios de comunicación», afirma en el informe. En China, el Gobierno ha emprendido un despliegue «masivo» de las fuerzas de seguridad para prevenir «brotes de jazmín», al tiempo que censuró el nombre de esta flor -que dio nombre a la revolución en Túnez- en Internet, dijo Suu Kyi.

Según el informe, frente a las revueltas que han sacudido al mundo árabe, Yibuti ha prohibido todo tipo de manifestaciones, mientras que las autoridades de Eritrea y Guinea Ecuatorial han limitado las informaciones sobre las protestas. Por su parte, en Angola y en Zimbabue se han producido arrestos preventivos.