Gadafi, enterrado en el desierto libio en una tumba sin nombre

EFE

INTERNACIONAL

Libia pide a la OTAN que prolongue su misión «al menos un mes»

26 oct 2011 . Actualizado a las 12:16 h.

Muamar el Gadafi descansa en una tumba sin nombre en un lugar secreto en el desierto de Libia. Después de cuatro días expuesto su cadáver a la curiosidad y mofa del pueblo, su entierro cierra el último capítulo de sus 42 años en el poder y una guerra civil de ocho meses.

Al amparo de la noche, los cadáveres de Gadafi, de su hijo Mutasim y del ministro de Defensa, Abu Bakr Yunes Jaber, fueron retirados de la cámara frigorífica del mercado de Misrata y transportados en un convoy de cuatro o cinco vehículos con rumbo desconocido. El sepelio tuvo lugar a las 5.00 horas coincidiendo con el amanecer y en él estuvieron presente un clérigo musulmán, un sobrino de Gadafi y los hijos de Abu Bakr. Antes, los cuerpos habían sido lavados según el culto islámico.

Ibrahim Beitalmal, un portavoz de la junta militar de Misrata, apuntó que la sepultura «no está muy lejos» de esta ciudad.

El nuevo régimen libio rehusó permitir el entierro del coronel en su ciudad natal, Sirte, como deseaba su familia y su tribu, los Gadafa. Y justificó que su tumba se mantenga en secreto para evitar que se convierta en lugar de peregrinación o que sea profanada.

Coincidiendo con el entierro, las agencias divulgaron una fotografía del certificado del óbito del dictador, firmado por el médico Majdi Hasán. Fechado el 21 de de octubre, un día después de su muerte. Como causa de la muerte se citan las herida en la sien izquierda y en el pecho. También recoge la existencia de cirugías antiguas (nuca, estómago y pierna izquierda).

Saif al Islam, el llamado a suceder a su padre y sobre el que pesa una orden de captura del Tribunal Penal Internacional, estaría intentando huir por el desierto en dirección a Níger escoltado por mercenarios tuaregs. «Está cerca de la frontera, aún no entró a Níger, pero no está lejos», declaró ayer a AFP el representante de la región de Agadez, que solicitó el anonimato. Estaría acompañado por el exjefe de los servicios de inteligencia y cuñado de Gadafi, Abdalá al Senusi. Es la misma ruta de huida que su hermano Saadi y otros treinta leales usaron a mediados de septiembre.

Cuando los ataques de la OTAN arreciaban sobre Trípoli, Muamar el Gadafi apeló en una carta enviada en agosto a su otrora amigo Silvio Berlusconi para que parara los bombardeos, según cuenta la revista Paris Match. El Consejo Nacional de Transición pidió ayer que la OTAN permanezca en Libia «al menos un mes». La Alianza anunció que pondría fin a la misión el lunes. La ministra de Defensa, Carme Chacón, anunció ayer la retirada antes de ese día de los 60 militares desplazados en la base italiana de Decimonannu y los 235 embarcados en la fragata Álvaro de Bazán, con base en Ferrol.