Hamás anunció ayer que dará 2.000 dólares (1.456 euros) a todos los presos liberados el día anterior a cambio del soldado israelí Gilad Shalit, que se hayan instalado en la franja de Gaza, después de declarar ayer jornada festiva para celebrar la liberación,
El movimiento islamista «decidió que para honrar a los presos liberados, cada uno de ellos recibirá 2.000 dólares», según un comunicado de la oficina de Ismail Haniye, primer ministro del movimiento islamista Hamás, que controla el territorio.
De los 477 presos liberados el martes, 133 fueron autorizados a regresar a sus casas en la franja de Gaza, 117 a Cisjordania y 15 a Jerusalén este.
Además, 204 palestinos fueron deportados: 164 hacia Gaza (a pesar de ser oriundos de Cisjordania) y 40 al extranjero (Turquía, datar y Siria). Once presos, entre ellos una mujer, fueron recibidos ayer de madrugada en Ankara.
Primer día en libertad
Gilad Shalit descansó ayer en su casa de Mitzpe Hila, en la Galilea, y recibió numerosas muestras de afecto de vecinos y forasteros. Sonriente, con gafas de sol y una gorra, el joven sargento de 25 años salió a pasear un rato acompañado de su madre, Aviva, después de ser examinado por médicos militares en su casa.
El Ejército ha permitido al suboficial que permanezca un tiempo con su familia, antes de interrogarlo sobre las condiciones en que estuvo prisionero. «Va bien. Gilad ha dormido bien, pero necesita tiempo», afirmó a la prensa su padre, Noam, al ir a hacer las compras. «Gilad necesitará un período de intimidad para restablecerse», añadió.
La policía mantiene un cordón de seguridad alrededor del domicilio del joven para impedir a periodistas y curiosos que se acerquen a él y le hagan preguntas. «Recomendaría que viva en un primer momento en un lugar tranquilo, lejos de la prensa y del Ejército», dijo Rivka Tuval-Mashiach, psicóloga en la universidad Bar Ilan, de Tel Aviv.