Miles de «indignados» neoyorquinos se adueñan otra vez del sur de Manhattan

EFE

INTERNACIONAL

El movimiento «Occupy Wall Street» se ha convertido en una desafiante respuesta de la sociedad civil estadounidense contra los excesos del sistema financiero.

06 oct 2011 . Actualizado a las 18:04 h.

Miles de «indignados» neoyorquinos y de otras zonas de Estados Unidos, a los que se sumaron representantes de los principales sindicatos de la Gran Manzana, se adueñaron hoy otra vez del sur de Manhattan en una nueva demostración de su creciente poder de convocatoria.

El movimiento «Occupy Wall Street», que hace casi tres semanas empezó a plantar cara a los «poderosos» de Wall Street con apenas un centenar de personas, se ha convertido en una desafiante respuesta de la sociedad civil estadounidense contra los excesos del sistema financiero, que se extiende por otras zonas del país.

«Todos luchamos por la misma causa. La injusticia de los bancos, de la América corporativa, las empresas que reducen sus plantillas y se llevan los puestos de trabajo al extranjero», afirmó hoy a Efe Michael DiGlio, de 46 años, miembro del gremio de empleados del sector de la comunicación CWA.

DiGlio se unió a miles de personas que trasladaron sus protestas a la plaza Foley, en el sur de Nueva York, a unos pasos del puente de Brooklyn donde este fin de semana se vivieron los momentos más tensos desde que «Occupy Wall Street» se atrincheró en el corazón del distrito financiero, con la detención de 700 simpatizantes.

En medio de una fuerte presencia policial pero sin incidentes de relevancia, los «indignados» de Wall Street salieron a la calle con renovadas fuerzas por el apoyo de 15 sindicatos, desde el sector del transporte hasta profesores de las escuelas públicas, así como estudiantes y una veintena de organizaciones comunitarias.

DeGlio, trabajador de Verizon, una empresa que cerró la semana pasada un conflicto laboral con 45.000 empleados en huelga desde comienzos de agosto, dijo apoyar «al cien por cien» las demandas de «Occupy Wall Sreet», y lamentó que las compañías estén recortando derechos a sus empleados.

Por su parte, Emily Sparkle, de 42 años, dijo a Efe que, «nunca antes había visto junta a tanta gente, que piensa parecido», y aseguró sentirse «muy orgullosa» de acudir a la protesta acompañada de su hijo Joshua, de tres años, para que vea «algo que puede instigar un cambio en el sistema».

La policía de Nueva York, en el epicentro de las críticas de los manifestantes, no dio cifras sobre el número de personas que se congregaron de forma pacífica en los alrededores de la plaza Foley, aunque los organizadores esperaban la asistencia «de entre seis mil y doce mil».

Precisamente hoy se conoció que un grupo de personas arrestadas el pasado fin de semana en el puente de Brooklyn acudieron a los tribunales para demandar a la ciudad de Nueva York por lo que consideran una trampa de la policía para reprimir su derecho constitucional a manifestarse.

Los demandantes aseguraron que de forma «premeditada, planeada y calculada», la policía permitió a los manifestantes llegar hasta el puente de Brooklyn y entonces, y «sin previo aviso», los agentes les impidieron abandonar el lugar y procedieron a la detención de cientos de personas, lo cual consideran una «trampa policial ilegal».

Además, en respuesta a las detenciones del pasado 1 de octubre contra el movimiento «Occupy Wall Street», el grupo de piratas informáticos «Anonymous» amenazó hoy con tomar represalias y lanzar en los próximos días un ataque contra la Bolsa de Nueva York.

Mientras, los «indignados» de Wall Street siguieron recibiendo muestras de apoyo de algunas caras conocidas como el veterano actor Martin Sheen, quien aseguró a Efe que el corazón financiero de Manhattan ha sido escenario durante «demasiado tiempo» de «comportamientos escandalosos».

El movimiento «Occupy Wall Street» lleva acampado desde el pasado 17 septiembre en el distrito financiero de Nueva York para clamar contra la crisis económica y los abusos del sector bancario y buscar que «se escuche la voz del 99 % del país y no la del 1 % que sigue enriqueciéndose».