El regreso de Strauss-Khan a París enfrenta a los candidatos socialistas

esperanza suárez PARÍS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Ningún compañero de partido lo recibió en el aeropuerto y todos los líderes se desmarcan

05 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Dominique Strauss-Kahn volvió ayer a París cuatro meses después de su espectacular detención en Nueva York, acusado de violar a una limpiadora de hotel. No había líderes socialistas esperándolo en el aeropuerto Charles de Gaulle y sí una nube de periodistas y cámaras que robaron el protagonismo informativo al primer ministro François Fillon. El regreso del que fuera favorito como candidato al Elíseo incomoda a izquierda y derecha.

Strauss-Kahn no habló a pesar de la insistencia de los medios. Intentó despistar llegando en el vuelo 017 de Air France hora y media antes de lo previsto. El despliegue de antidisturbios y la concentración de partidarios y detractores del exdirector del FMI se correspondía más con el aterrizaje de una estrella del rock que con un hombre que acaba de evitar una severa pena de cárcel. Lo persiguieron en moto desde el aeropuerto hasta su domicilio, en la Place des Vosgues.

Predestinado a convertirse en líder, su presencia en territorio francés a un mes de las primarias resulta un engorro para quienes estaban dispuestos a designarlo por aclamación. Los candidatos socialistas quisieran pasar página cuanto antes, especialmente la secretaria general Martine Aubry. Amiga personal, se ha mantenido en contacto permanente con Strauss-Kahn, pero tras el «alivio» de su liberación teme ahora que sus rivales la acusen de ser una mera sustituta, por lo que ha marcado distancias públicamente al afirmar que comparte «la opinión de muchas mujeres». La nuevamente candidata Ségolène Royal ha aprovechado su desmarque para llamarla «chaquetera». También en competición, Arnaud Montebourg exige que Strauss-Kahn «pida disculpas y se calle». François Hollande, nuevo favorito de los sondeos, se ha beneficiado del apoyo de los fieles al exdirector del FMI, que no habría apreciado sin embargo su falta de interés. Hollande aparece además como indirectamente implicado en el caso francés que Strauss-Kahn tiene pendiente, la denuncia de la periodista Tristane Banon por intento de violación.

El 80 % de los franceses quieren que se mantenga fuera de la vida política, más decepcionados por su nivel de gastos que por lo libertino de su vida sexual.