Un día después de que Estados Unidos y Europa exigieran al Bachar al Asad que deje el poder, su régimen volvió a descargar toda su fuerza contra los opositores que se manifestaron en diversas ciudades del país tras el rezo del viernes, con un saldo de al menos 23 muertos, según fuentes opositores.
La sangrienta jornada se notó especialmente en la provincia meridional de Deraa, donde murieron al menos 15 personas, incluyendo dos adolescentes. Otras tres eran soldados, que perecieron a manos de las fuerzas de seguridad tras negarse a abrir fuego contra los manifestantes, según el grupo opositor Comités de Coordinación Local. El Ejército utilizó gases lacrimógenos y munición real.
La oposición se une
Poco antes de iniciarse las manifestaciones, 44 grupos y comités de coordinación que impulsan desde hace cinco meses la movilización contra el régimen anunciaron la formación de una coalición opositora para «unificar la acción de los revolucionarios en el plano político, mediático y sobre el terreno para lograr la caída del régimen y sus instituciones represivas».
Esta coalición, llamada Instancia General de la Revolución Siria, procurará «lograr la caída del régimen (...) y establecer un Estado democrático, basado en el Derecho y en instituciones que garanticen la libertad, la igualdad de los ciudadanos y el respeto de los derechos humanos».
Nuevas sanciones de la UE
Los países de la Unión Europea acordaron ayer endurecer sus actuales sanciones contra el régimen sirio y seguir estudiando nuevas medidas, entre las que se baraja un embargo a las importaciones de crudo. La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, anunció la inclusión de 20 nuevos nombres en la lista de personas y empresas sirias afectadas por una congelación de bienes y una prohibición de visado.
Ahora se evalúa si se sancionará a todo el sector petrolero o solo a determinadas empresas. Además, se estudia prohibir la entrega de tecnologías clave a Siria.