Un centenar de inmigrantes procedentes de Libia, que viajaban en un barco auxiliado por una patrullera italiana ayer cerca de la isla de Lampedusa, fallecieron durante la travesía, según relataron los supervivientes a los medios de comunicación.
Según los testimonios de varios sin papeles que llegaron a la isla, cientos de personas fueron arrojadas al mar tras morir de sed y de hambre durante un trayecto que duró al menos seis días. «Éramos 300, pero un centenar, sobre todo mujeres, no sobrevivió, y los hombres se vieron obligados a lanzar sus cuerpos al mar», explicó una mujer de nacionalidad marroquí.
Sin embargo, el comandante de la Capitanía del puerto de Lampedusa, Antonio Morana, aseguró a Efe que no se han avistado cadáveres en la zona donde el barco fue remolcado y afirmó que «no es posible confirmar» el testimonio de los inmigrantes. Tres supervivientes, entre los que se encuentra una mujer embarazada, fueron transportados directamente en helicóptero hasta el hospital de Lampedusa, en un avanzado estado de deshidratación.
El primero en avistar la embarcación y alertar a las autoridades italianas fue un remolcador chipriota, aunque tuvo que retirarse después de que varios inmigrantes se tiraran al agua tratando de subir a bordo. Aun así, lanzó varios botes salvavidas para evitar que se ahogaran.
Ayer por la mañana, los guardacostas italianos llegaron hasta la embarcación en helicóptero y lanzaron agua y víveres, pero también tuvieron que abandonar su misión ante el intento desesperado de uno de los ocupantes del barco por subir a la nave.
Embarcaciones de los guardacostas socorrieron entonces a los supervivientes, que fueron trasladados hasta la costa de Lampedusa.