La amenaza del Grimsvoetn se disipa

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INTERNACIONAL

El volcán islandés deja de escupir cenizas tras cancelar otros 450 vuelos en Alemania

26 may 2011 . Actualizado a las 12:01 h.

La amenaza del Grimsvoetn empieza a disiparse. Los científicos islandeses anunciaron hoy que la erupción del volcán ha entrado en su recta final. El síntoma más esperanzador para el tráfico aéreo europeo es que el cráter ha dejado de escupir cenizas y parece poco probable que pueda volver a hacerlo en los próximos días.

Eurocontrol, la agencia de navegación aérea comunitaria, constató que mañana ya no se esperan alteraciones en los aeropuertos porque la nube de partículas que afectó al norte de Alemania se ha dispersado.

Europa puede volver a respirar tranquila después de cuatro días de agobios. El Grimsvoetn, que el pasado sábado hizo saltar todas las alarmas con su erupción más violenta desde 1873, empieza a calmarse. Desde la madrugada de hoy, el cráter ya no expulsa cenizas y su actividad subterránea se apaga progresivamente. «Hay indicaciones de que está parando realmente», aseguró Hrafn Gudmundsson, meteorólogo del servicio nacional islandés. El geofísico Pall Einarsson agregó que es muy improbable que lance más partículas a la atmósfera. «Lo peor ha pasado», sintetizó.

La despedida del Grimsvoetn, sin embargo, no ha pasado inadvertida para miles de pasajeros. La nube de ceniza que provocó su inmensa pluma -llegó a alcanzar los 25 kilómetros- también ocasionó hoy alteraciones en el espacio aéreo europeo. Las autoridades alemanas cerraron a primera hora los aeropuertos de Berlín (Tegel y Schoenefeld), Hamburgo y Bremen. Aunque a las dos de la tarde todos estaban abiertos tras disiparse la concentración de partículas, la clausura provocó la cancelación de 450 vuelos.

Eurocontrol, que agrupa a 39 países de todo el continente, anunció en su última previsión que hoy no se espera ninguna alteración en el tráfico aéreo. Pese a que todavía existen concentraciones de cenizas en el continente, el organismo considera que están por debajo del umbral de peligrosidad para los aviones.

Los mapas únicamente muestran una zona roja en el norte de Noruega y Suecia que previsiblemente se disipará en las próximas horas. En cuanto a Islandia, tampoco se aprecian áreas con elevada presencia de partículas, lo que sugiere que las restricciones causadas por esta erupción podrían haber acabado.

En Escocia, donde se registraron 500 cancelaciones el martes, los aeropuertos recuperaron hoy la normalidad. La disputa entre varias aerolíneas y el Gobierno británico, sin embargo, no parece haber terminado. Willie Walsh, consejero delegado de la empresa surgida de la fusión entre British Airways e Iberia, recomendó al Ejecutivo que utilice todos los medios a su alcance para cerciorarse de que existen realmente cenizas en el aire antes de prohibir los vuelos. El directivo realizó el llamamiento en la BBC después de que uno de sus aviones explorara el cielo escocés el martes sin detectar la presencia de partículas.

«Incompetencia»

La polémica la encendió Ryanair con un vuelo de prueba similar al de British. La aerolínea de bajo coste tampoco encontró ningún resto de ceniza y cargó contra la «incompetencia burocrática» del Gobierno británico. El secretario de Transporte, Philip Hammond, contestó que las zonas rojas marcadas en los mapas no significan que «en cada metro cuadrado del aire haya una alta concentración».

«Se trata de un modelo que alerta de que pueden existir niveles de ceniza peligrosos», agregó.

La controversia se avivó todavía más al conocerse que las autoridades británicas carecen de un avión de reconocimiento atmosférico. Según 'The Guardian', el Ejecutivo no recibirá hasta julio la aeronave que ha encargado para seguir específicamente la evolución de las cenizas. Mientras tanto, está en contacto con Irlanda y Alemania para conseguir una prestada. Al menos, la Asociación Europea de Aerolíneas y la Asociación Internacional de Aeropuertos celebraron que la erupción del Grimsvoetn ha demostrado que Europa está «mejor preparada» que el año pasado. En cualquier caso, reclamaron reforzar la «gestión común» de crisis de este tipo para minimizar los problemas.