También pretendía reclutar a hispanos y a negros en EE.UU.
13 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.En su escondite en Abbottabad, Osama Bin Laden pasaba las horas apuntando sus planes, ideas y objetivos en un cuaderno personal que ahora está en poder de los servicios secretos de EE.UU. Entre sus notas destacan las relativas a sus planes de repetir otro 11-S -ya que los atentados pequeños, razonaba no tenían el mismo efecto- y de reclutar a otros estadounidenses oprimidos no musulmanes, según él, hispanos y negros.
Según fuentes de la CIA, el diario de Bin Laden muestra a un hombre ambicioso, obsesionado con volver a atentar con EE.UU., pero poco consciente de sus propias limitaciones. En algunos de los párrafos, por ejemplo, insta a sus seguidores a intentar perpetrar un ataque aún más espectacular que el de las Torres Gemelas, si bien no propone ningún plan en concreto. Tampoco parecen factibles los deseos que el terrorista tenía de conseguir sembrar la discordia entre los congresistas de Washington o de ampliar sus planes de atentar en Los Ángeles.
Solo una cosa sí parecía clara en todos los documentos incautados, el saudí quería volver a matar en suelo estadounidense y esa obsesión se había convertido en un punto de fricción entre el líder y algunos de sus seguidores, que consideraban poco seguro volver a atacar a EE.UU. Sobre hasta qué punto el enemigo número uno de América seguía conservando su influencia en la organización que él mismo había creado existen todavía demasiadas dudas.
Sí se sabe, por ejemplo, que algunas ramas de Al Qaida como la que opera en Yemen hace tiempo que actúa según su criterio, si bien se desconoce qué otras franquicias terroristas estaban ya desligadas de la sombra de Bin Laden.
Ayer, varios miembros del Congreso de EE.UU. pudieron ver las famosas fotos del cadáver de Bin Laden en el cuartel general de la CIA y cada vez llegan a la opinión pública más detalles: son «bastante espantosas», dijo el senador James Inhofe a la CNN. El republicano señaló que se puede ver masa cerebral a través de las cuencas oculares. Inhofe indicó que vio 15 fotografías del cadáver, de las cuales 12 fueron tomadas en la vivienda del líder terrorista en la ciudad paquistaní de Abbottabad, y las tres restantes, en el portaviones Carl Vinson, desde el cual fue lanzado al mar el cuerpo de Bin Laden.
«Existen algunos rasgos, como la nariz, las orejas o los labios, de una persona que son inconfundibles y que por muy deteriorada que esté una cara pueden reconocerse», en palabras del demócrata Dutch Ruppersberger, que no dudó en afirmar: «El cadáver que hemos visto es el de Bin Laden».
John McCain declinó verlas. «Ya he visto demasiadas personas muertas en mi vida», dijo.