Los Veintisiete estudian hoy en Bruselas la propuesta francoitaliana
12 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Fue el ministro de Finanzas danés, el liberal Claus Hjort Frederiksen, el encargado de dar la estocada al Tratado de Schengen de eliminación de controles fronterizos entre los países adheridos al acuerdo (los Estados de la Unión, excepto el Reino Unido, Irlanda, Chipre, Bulgaria y Rumanía; y Noruega, Islandia y Suiza), al anunciar ayer que restablecerá los controles aduaneros permanentes con sus vecinos Alemania y Suecia.
El anuncio se hace tras un acuerdo alcanzado ayer en Copenhague por el Gobierno liberal-conservador con la ultraderecha, y para sorpresa de los Veintisiete, cuyos ministros de Interior debaten hoy en Bruselas la propuesta francoitaliana de suspender temporalmente Schengen para afrontar avalanchas de inmigrantes, plan que tampoco disgusta a Alemania. Ayer, la Comisión Europea dijo que estudia la sorprendente decisión danesa, que fractura más el tratado que la de París y Roma.
El propio Tratado de Schengen, uno de los más importantes de la construcción de la UE, detalla su suspensión cuando se den circunstancias de seguridad excepcionales. Y de hecho se ha congelado para bodas reales y grandes eventos deportivos.
Frenar la violencia
En base a esa consideración de seguridad se expresó Frederiksen, al señalar que el objetivo es frenar el incremento de la violencia. «Hemos constatado una creciente criminalidad en los últimos años, tráfico de personas y de dinero. Uno de los medios efectivos para combatirlos es el control de fronteras, y vamos a construir una nueva instalación en la frontera germanodanesa con equipos electrónicos e identificadores de matrículas», dijo. Invertirán 36 millones en reforzar aduanas terrestres y marítimas, y las primeras medidas entrarán en vigor dentro de tres semanas.
La vuelta a las aduanas era una de las exigencias del Partido Popular Danés para apoyar al Gobierno en minoría del liberal Rasmussen en su reforma del sistema de bienestar. Dinamarca, con un 7,9% de paro, impulsa la política de inmigración más restrictiva de toda la UE.