Bruselas apoya el bloqueo francés a trenes con inmigrantes de Italia

París, Roma / agencias

INTERNACIONAL

París y Roma intenta rebajar la tensión, pero insisten en sus posturas

19 abr 2011 . Actualizado a las 10:51 h.

La Comisión Europea consideró ayer que Francia no hizo nada ilegal al cerrar el domingo la frontera con Italia a los trenes cargados de inmigrantes tunecinos. Una medida que Roma había denunciado como unilateral e ilegítima. Sin embargo, ayer tanto Francia como Italia intentaron rebajar la tensión.

París también intenta evitar que aumente la tensión diplomática desde la decisión de Roma de conceder más de 20.000 permisos de residencia temporal a inmigrantes llegados de Túnez -cuya mayoría desea trasladarse a Francia-, pero insistió ayer en que solo dejará atravesar sus fronteras a quienes tengan suficientes recursos financieros. El ministro francés del Interior, Claude Guéant, contestó de esa manera al titular italiano de Exteriores, Franco Frattini, que calificó de sorprendente la decisión gala de bloquear el domingo durante unas horas el tránsito de trenes entre Ventimiglia y Menton.

Protesta formal

Según Frattini, Francia teme una avalancha de inmigrantes llegados de Túnez y por ello ha puesto en riesgo los principios de la Europa sin fronteras internas, ya que «si la situación continuase así, sería mejor decir que se pasa página sobre la libre circulación». El Gobierno de Italia ha pedido a su embajador en París que presente una protesta formal.

Al mismo tiempo, manifestó la esperanza de que el contencioso se pueda solucionar antes de la cumbre bilateral que reunirá en Roma el próximo martes a Nicolas Sarkozy y a Silvio Berlusconi. «La situación se ha aclarado y el problema se ha resuelto», dijo poco después un portavoz de Exteriores de Italia, adonde desde enero han llegado unos 25.800 tunecinos desde la caída del presidente Ben Alí.

En Bruselas, la comisaria europea del Interior, Cecilia Malmström, señaló que Francia no vulneró la normativa comunitaria en relación con la libre circulación de ciudadanos (tratado de Schengen), ya que, según las autoridades galas, actuaron «por razones de orden público». Y es que Francia argumenta que tomó la decisión porque unas 300 personas organizaron una manifestación a la que llamaron «tren de la dignidad». Malmström dijo no haber encontrado irregularidades y descartó que esto signifique el fin de Schengen.

«Fue una interrupción temporal única» que «no afecta al Reglamento de Control de Fronteras de Schengen», agregó la comisaria, que instó a Francia e Italia a resolver la disputa.