EE.UU. rechaza volver a la primera línea, y España, una mayor implicación
15 abr 2011 . Actualizado a las 11:26 h.La OTAN pidió ayer más aviones de combate para apoyar el trabajo de Francia y del Reino Unido en los bombardeos contra las fuerzas de Muamar el Gadafi en una reunión en Berlín. El secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, admitió no contar por ahora «con ninguna oferta» de contribución, aunque se mostró confiado en que los aliados arrimen el hombro.
EE.?UU. rechazó la petición de Francia de que reanudara sus bombardeos. «Le dije [a Hillary Clinton] que los necesitábamos. Nos hubiese gustado que regresaran» a la primera línea de las operaciones, confesó el jefe de la diplomacia gala, Alain Juppé, tras reunirse con su par estadounidense.
París y Londres presionan a la OTAN para que incremente sus esfuerzos militares y evite un estancamiento del conflicto. Desde la retirada de los 50 aviones de combate estadounidenses, los cazas galos y británicos asumen el grueso de los ataques contra objetivos terrestres, apoyados solo por Bélgica, Dinamarca, Noruega y Canadá.
Pero España, que limita su participación en la misión de la OTAN a la aplicación del embargo de armas y de la zona de exclusión aérea, rechazó de entrada una mayor implicación. La ministra Trinidad Jiménez dejó claro que el contingente no reforzará su presencia ni cambiará su papel. Otros tres países, Italia, Holanda y Suecia, ofrecieron varios aviones, pero sin autorizarlos por ahora a atacar objetivos terrestres.
Casi un mes después de la intervención, la salida al conflicto sigue siendo incierta. Por el momento, Rasmussen prometió que la OTAN mantendrá «la presión tanto tiempo como sea necesario» para proteger a los civiles. Coincidiendo con su rueda de prensa, aviones aliados bombardeaban objetivos en Trípoli, uno de ellos una base militar cerca de la Universidad. Poco después, la televisión libia mostró al coronel paseando por las calles de la capital.
Por primera vez, los miembros de la OTAN reclamaron conjuntamente a Gadafi que abandone el poder, al aprobar la declaración del Grupo de Contacto acordada en Qatar, país donde seguirá el desertor Musa Kusa, que descartó volver por ahora a Londres. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió por su parte una solución política y un alto el fuego inmediato, durante una reunión en El Cairo.