Rousseff y Lula encabezan los funerales de Estado en homenaje a José Alencar

EFE

INTERNACIONAL

El ex vicepresidente falleció este martes víctima de un agresivo cáncer.

31 mar 2011 . Actualizado a las 20:13 h.

La jefa de Estado brasileña, Dilma Rousseff, y su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, encabezaron hoy en el Palacio de Planalto el funeral del ex vicepresidente de Brasil José Alencar, fallecido este martes víctima de un agresivo cáncer.

Rousseff y Lula se unieron a la ceremonia unas diez horas después de que se abriera la capilla ardiente en la sede del Gobierno debido a que se encontraban en Portugal, donde el ex mandatario era objeto de diversos homenajes por su empeño en el combate a la miseria.

La jefa de Estado y su antecesor en el cargo y mentor político llegaron juntos directamente desde el aeropuerto, se acercaron al féretro con los restos de Alencar sin poder ocultar su conmoción y asistieron a una misa de cuerpo presente oficiada por el obispo Dimas Lara Barbosa, secretario general del Episcopado.

Como hizo al ser informado sobre la muerte de Alencar, quien le acompañó como vicepresidente durante toda su gestión gubernamental, entre enero del 2003 y enero de este año, Lula rompió en llanto ante el ataúd y le dio un cariñoso beso en la frente a quien definió como «compañero y hermano».

Rousseff, de riguroso negro, no hizo declaraciones y se abrazó a la viuda de Alencar, Mariza Campos Gomes da Silva, durante la misa.

El velatorio congregó en el Palacio de Planalto a los familiares de Alencar y a toda la clase política, que se volcó en pleno para rendir homenaje a un hombre que conmovió al país con la entereza que mostró en los últimos dos años frente a un agresivo cáncer abdominal que ya era irreversible.

Además de ministros, parlamentarios, gobernadores, alcaldes y otros cientos de políticos, ante el ataúd con los restos de Alencar desfilaron unas 6.000 personas, en su gran mayoría empleados públicos y gente del pueblo que quiso participar en el homenaje.

En los 51 años de historia de Brasilia, esta ha sido la segunda vez que el Palacio de Planalto se abre para unos funerales de Estado y la primera en que se usa para despedir a un ex vicepresidente.

Hasta ahora, solamente Tancredo Neves, elegido presidente de Brasil en enero de 1985 pero que no llegó a asumir el cargo debido a una grave enfermedad que le causó la muerte, había sido velado en la sede del Gobierno.