El país de la armonía se enfrenta al efecto traumático del tsunami

jairo mejía TOKIO / EFE

INTERNACIONAL

30 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Japón, el país de la armonía y los sentimientos contenidos, se enfrenta ahora al traumático recuerdo del terremoto y tsunami del día 11 de marzo, un desastre que ha fortalecido el espíritu de superación y unidad de sus habitantes.

Pueblos destrozados, familias desplazadas y carencias han causado un gran trauma en supervivientes. Los primeros psicólogos que llegaron a las zonas más afectadas por el tsunami han constatado el alto índice de personas con síntomas de estrés agudo y la necesidad de expresar los recuerdos de aquel día, según indicó un portavoz de Médicos Sin Fronteras.

En una sociedad acostumbrada a la contención, las experiencias de los últimos 18 días suponen un reto que, según los psicólogos, debe superarse con contacto físico, muestras de afecto y comunicación. Una asociación de psicólogos habilitó ayer un centro de atención telefónica para ayudar a los padres que no saben cómo hacer que sus hijos superen los malos recuerdos vividos, que los han vuelto más mimosos y temerosos. Aconsejan que se permita a los niños expresar sus sentimientos y responder a sus angustias con caricias, y explicarles qué ha sucedido para que perdieran a sus familiares o sus casas.

Empeoramiento

No obstante, para el país ha sido un ejemplo de superación ver las ceremonias de graduación de estudiantes de primaria en destrozados pueblos. Para muchos, la fuerza con la que los japoneses afrontan la mayor tragedia del país desde la Segunda Guerra Mundial es un ejemplo y motivo de admiración nacional.

La televisión NHK muestra a diario el testimonio de ancianos que lo han perdido todo y aún así repiten sus deseos de salir adelante. Según una encuesta publicada ayer por el diario Mainichi, el 55 % de los psicólogos de la zona de Tokio han detectado un empeoramiento de los pacientes desde el día del terremoto, con síntomas como insomnio, mareos, ansiedad o depresión. La mayoría de las personas en tratamiento achacan su recaída a las réplicas del seísmo, casi diarias, y a las duras imágenes repetidas por televisión de pueblos destrozados por el tsunami y personas sin hogar.