Siria levanta el estado de emergencia

DPA

INTERNACIONAL

El presidente Bashir al Assad lo había prometido la semana pasada como medida para aplacar las protestas. Estaba vigente desde 1963.

27 mar 2011 . Actualizado a las 21:38 h.

El régimen sirio levantó hoy el estado de emergencia, vigente desde 1963, tal como había prometido la semana pasada el presidente Bashir al Assad, entre otras medidas anunciadas para aplacar las crecientes protestas de la oposición, e instó a los ciudadanos a no manifestarse.

El Ministerio sirio del Interior instó a los sirios, poco después de que se conociera la supresión del estado de emergencia, a no responder a los llamamientos a manifestarse cerca de la plaza de Umayyad, en el centro de Damasco. «Esos mensajes que están recibiendo en sus móviles son obra de quienes intentan incitar a una contienda en Siria», dijo la televisión estatal.

En la mañana de hoy opositores al gobierno convocaron una huelga general a través de Internet.

La anulación de la controvertida ley, impuesta el 8 de marzo de 1963, cuando el partido nacionalista árabe Baaz llegó al poder mediante un golpe de Estado, «requiere un sistema judicial justo e independiente, así como una separación entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial», comentó el abogado sirio Bassam Sabagh.

El estado de emergencia restringió drásticamente la mayoría de los derechos civiles y permitió a las autoridades realizar detenciones arbitrarias y celebrar juicios políticos ante tribunales de la Seguridad del Estado que no daban a los acusados la oportunidad de recurrir las condenas y sólo les permitía recibir una asistencia jurídica muy limitada.

De momento no está claro qué repercusión real tendrá la medida en las actuaciones de la policía y de las fuerzas del Estado sirio.

Anteriores intentos de grupos reformistas dentro del régimen por mitigar la represión política fracasaron en los últimos años ante el rechazo de los defensores de mantener la línea dura en el aparato de seguridad del régimen.

El levantamiento del estado de emergencia era una de las principales demandas de los manifestantes prodemocracia y se produjo después de que en los últimos días las fuerzas de seguridad dispararan reiteradamente contra manifestantes opostiores.

El sábado se realizaron manifestaciones masivas en Latakia y otras zonas del país. Según fuentes oficiales allí murieron 12 personas cuando francotiradores dispararon contra manifestantes que reclamaban reformas.

De acuerdo con opositores al régimen, los francotiradores, pertenecientes a una unidad especial, dispararon desde tejados de varios edificios en la ciudad, situada 350 kilómetros al noroeste de Damasco. Activistas prodemocráticos publicaron además en Internet videos que muestran a civiles heridos de gravedad.

No obstante, el gobierno dio una versión totalmente distinta de los hechos a través de los medios estatales. La agencia oficialista Sana aseguró que un «grupo armado» protagonizó alborotos y prendió fuego a comercios. Después, el «grupo» se subió a tejados y disparó contra «transeúntes, ciudadanos y fuerzas de seguridad» desde tejados para sembrar la discordia en el país.

La agencia indicó que en esos incidentes perdieron la vida 12 personas, entre ellas dos de los atacantes, y otras 150 personas resultaron heridas, de las cuales 130 eran miembros de las fuerzas de seguridad.

Hasta el momento no ha sido posible efectuar una verificación de los datos, ya que las autoridades en Siria están impidiendo a los periodistas el acceso a zonas conflictivas.

Tampoco la agencia Shaaban concretó quiénes eran los «grupos armados». Se limitó a afirmar que «existe un complot para generar ambigüedad en Siria atacando su modelo de coexistencia (grupos de distintas etnias y confesiones)». Representantes gubernamentales afirmaron incluso que se trata de confabulaciones orquestadas por Estados Unidos e Israel para desestabilizar al país.

La organización Amnistía Internacional consideró por su parte creíbles las informaciones acerca de decenas de muertos sólo en la provincia de Daraa, en el sur del país.

Allí, el sábado volvieron a protestar miles de personas que acudían a los entierros de los muertos de los últimos días, al tiempo que exigían reformas políticas y libertades civiles. Algunos prendieron fuego a la sede del gobernante partido Baaz.

Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, 17 activistas fueron puestos en libertad después de que hubieran sido arrestados por haber realizado una protesta frente al Ministerio del Interior en Damasco el 16 de marzo.