La radiactividad crece en el mar junto a Fukushima

Lars Nicolaysen, h. Griffiths TOKIO / DPA | AFP

INTERNACIONAL

El miedo aumenta entre la población y algunos refugios prohíben el paso a los evacuados del entorno de la planta

27 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Japón anunció ayer haber detectado en el mar, cerca de la accidentada central nuclear de Fukushima, niveles de yodo radiactivo 1.250 veces superiores a lo permitido, acentuando el temor de que se haya fisurado el blindaje de uno o varios reactores. La cantidad, dada a conocer por la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa y detectada en unos test de la empresa eléctrica encargada de la central, es mucho mayor a la descubierta el pasado martes, cuando el nivel era unas 126 veces más del límite permitido. Esta gran concentración de yodo radiactivo agrava el riesgo de contaminación alimentaria de los productos marinos, muy apreciados por los japoneses.

Un portavoz de la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa precisó que la radiactividad abocada al mar «se diluirá con las mareas, lo que significa que hará falta una concentración notablemente más alta para que las algas y los animales marinos la absorban». Además, «la concentración de yodo se reduce a la mitad cada ocho días, por lo que cuando la gente coma los productos del mar, su cantidad probablemente haya disminuido de manera notable», añadió.

La eléctrica también registró una concentración ochenta veces superior al límite legal de cesio-137, una sustancia radiactiva que solo se reduce a la mitad cada 30 años.

Expertos nucleares de la organización ecologista Greenpeace comenzaron a medir también ayer los niveles de radiactividad fuera de la zona de exclusión de 20 kilómetros alrededor de la central de Fukushima.

Mayor información

Pero los japoneses comienzan a querer una información mayor a la que ofrece el Gobierno. Pese a que las autoridades reiteran que la radiación no implica un peligro para la salud, el temor crece entre la población. Los alcaldes de numerosas ciudades protestan de que las autoridades y los medios de comunicación en el país no informan debidamente cuando se conocen datos acerca de incrementos de la radiación, sumiendo a las personas en la incertidumbre. En consecuencia, las afirmaciones de las autoridades de que la radiación no supone un peligro para la población son acogidas con un escepticismo cada vez mayor. 

Los médicos han comenzado a expedir «certificados» para los que se sometieron a controles médicos y en los que no se detectó radiación. Según los medios, en uno de los refugios que acoge a damnificados procedentes de la zona situada a un radio de 20 kilómetros de la central de Fukushima se colgó a la entrada un cartel que dice: «Quienes no se sometieron a exámenes de radiación no pueden pasar».