El regreso de Aristide marca la cita para elegir Gobierno en Haití

m. L. G. haitÍ / colpisa

INTERNACIONAL

Unos cuatro millones de ciudadanos haitianos estaban convocados a elegir ayer en segunda vuelta al presidente que deberá liderar la recuperación del país antillano.

20 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Unos cuatro millones de ciudadanos haitianos estaban convocados a elegir ayer en segunda vuelta al presidente que deberá liderar la recuperación del país antillano. Para que no se repitan las denuncias de fraude de la primera ronda, el Consejo Electoral Provisional (CEP) robusteció los procedimientos para garantizar más transparencia en el duelo entre la ex primera dama Mirlande Manigat y el cantante Michel Martelly, que se desarrollará bajo la sombra del ex presidente y ex cura, Jean Bertrand Aristide.

La llegada del ex mandatario a Puerto Príncipe el pasado viernes, tras siete años de exilio, concita amores y odios. Sus simpatizantes lo ven como un símbolo de la unidad, pero los opositores que lograron derrocarlo y enviarlo al exilio en dos ocasiones temen que interfiera en los comicios, al igual que lo ha expresado también el Gobierno de Estados Unidos.

Desde el aeropuerto, Aristide afirmó que ayudará en la «educación» y en la «reconstrucción». También señaló que «el pueblo haitiano debe marcar el fin del exilio, de los golpes de Estado». De momento, el partido que creó está fuera de juego.

La reñida partida es entre Manigat y Martelly. Según las últimas encuestas será el rapero quien alcance el poder. La recompensa será reconstruir un país devastado, pero también la nación más pobre del continente americano intenta levantarse del devastador terremoto de enero del 2010 y de la epidemia de cólera que en conjunto suman más de 300.000 fallecidos y millonarios daños materiales.

Administración

El nuevo Gobierno de Puerto Príncipe deberá también administrar las ayudas millonarias prometidas, pero que están llegando al Estado caribeño a cuentagotas.

Para las autoridades electorales la prioridad es ahora que la votación transcurra sin incidentes en los 1.500 centros de votación donde trabajarán 33.000 personas, de las que 1.886 se centrarán exclusivamente en revisar los registros para evitar duplicidades.