Enfermos y heridos empeoran por falta de medicinas, comida y agua

Hiroshi Hiyama KESENNUMA / AFP

INTERNACIONAL

Una semana después del desastre, la ayuda aún llega a cuentagotas

19 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Una semana después del terremoto y del tsunami, los médicos se esforzaban ayer por ayudar a los heridos y enfermos en albergues sin agua corriente ni electricidad en el noreste de Japón, amenazado por una epidemia de gripe debido a la ola de frío. Numerosos supervivientes que seguían un tratamiento médico partieron de sus hogares sin llevar sus medicamentos. Muchos están alojados en gimnasios sin calefacción y sufren de enfermedades crónicas como insuficiencia renal, y la falta de electricidad y equipos impiden practicar diálisis y otros tratamientos. En la mayoría de los centros, los refugiados reciben un mínimo de agua, alimentos y prácticamente nada más. «Con este tiempo frío, la salud de algunos se deteriora. Nosotros haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que su estado se estabilice hasta que puedan ser transportados a otra parte», declaró el doctor Mokesada Moriwaki.

Según Médicos sin Fronteras (MSF), que envió equipos móviles a la prefectura de Miyagi, una de las más afectadas, la principal preocupación es atender las enfermedades de los ancianos, como la hipertensión y la diabetes. Además, «necesitamos urgentemente frazadas», agregó Eric Ouannes, director general de MSF Japón, ya que «hay numerosos casos de hipotermia». El cirujano Lee Yang Sung manifestó: «No tenemos suficiente agua caliente para la higiene de los pacientes y las gangrenas se vuelven cada vez más comunes, hemos llegado al límite de lo que podíamos hacer».

Pero además de la falta de medicamentos, los equipos médicos también deben hacer frente a la escasez de agua potable y alimentos, que han comenzado a recibir a cuentagotas. Poco a poco las infraestructuras de transporte se están recuperando, pero no a un ritmo lo suficientemente rápido como para hacer llegar de forma efectiva la ayuda al medio millón de personas que permanecen en más de 2.000 refugios. Además, continúan las labores para rescatar a las más de 20.000 personas que continúan aisladas en las áreas más inaccesibles, y unos 90.000 militares y miembros de equipos de rescate peinan las zonas devastadas en busca de supervivientes atrapados bajo los escombros o arrastrados mar adentro por la ola gigante. Pero conforme pasan los días, disminuye la esperanza de encontrar supervivientes.

Gasolina para diez días

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) dijo ayer que la mayoría de los aeropuertos japoneses tienen combustible para los próximos 10 días, un grave problema para el país. Pero la falta de combustible no afecta solo a las aerolíneas. Cientos de personas que permanecen en centros tras ser evacuados carecen de combustible para encender estufas y los enfermos graves no pueden ser trasladados a sitios con mejor atención. En la zona de Miyagi incluso se ha autorizado realizar entierros sin previa incineración ante la falta de combustible.