Los 2 gallegos del «Vega 5» evitan el naufragio al estar retenidos en tierra

espe abuín REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Los piratas modificaron el palangrero mozambiqueño para utilizarlo como nave nodriza

15 mar 2011 . Actualizado a las 10:23 h.

Una patrullera de la Marina india escribió el pasado sábado el final del secuestro del Vega 5. Un desenlace abrupto, inesperado y, sobre todo, abierto, puesto que los dos gallegos que formaban parte de la tripulación, el patrón de pesca, Alfonso Rey Echeverri, y el contramaestre de Pontevedra, Alfonso García Barreiro, continúan en manos de los piratas somalíes.

El palangrero de Pescamar -filial mozambiqueña de la multinacional Pescanova-, que fue capturado el 28 de diciembre, acabó hundido a 600 millas al oeste de la India después de que la Marina del país lanzase una ofensiva contra las fechorías que estaba cometiendo el Vega 5 en las proximidades de su zona exclusiva. La última fue el viernes y tuvo por víctima el carguero panameño Vancouver Bridge. Los piratas intentaron asaltarlo empleando el pesquero mozambiqueño como nave nodriza, pero la tentativa se vio frustrada por la intervención de un helicóptero militar indio.

La aeronave desapareció de la vista de los delincuentes, pero los siguió de cerca. El sábado, la patrullera Kalpeni se aproximó al Vega 5 en la oscuridad. Y debió descubrirlos, porque, según un comunicado de la Marina de la India, del palangrero zarparon dos esquifes que abrieron fuego contra el Kalpeni, que respondió al ataque con más tiros. Uno de los disparos impactó en el Vega 5 y le provocó daños de tal calibre que las personas que se encontraban en el buque comenzaron a saltar por la borda.

Los militares consiguieron rescatar a 74, aunque no precisaron cuántas había en el barco. De los rescatados, 61 eran piratas; los 13 restantes eran parte de esa dotación de 24 que componían la tripulación original del Vega 5.

De la relación faltan 11 personas. Nueve (7 mozambiqueños y 2 indonesios) están desaparecidos y, aunque ayer seguía la búsqueda, las esperanzas de encontrarlos con vida eran cada vez menores. Los dos que faltan para completar los 24 son los gallegos, que se salvaron del naufragio porque sus secuestradores los habían trasladado a tierra. Tanto fuentes próximas a la compañía como las ministras de Asuntos Exteriores y Medio Marino, Trinidad Jiménez y Rosa Aguilar, respectivamente, aseguraron que Alfonso Rey y José Alfonso García se encuentran bien de salud, aunque eludieron decir en qué basaban sus declaraciones. Jiménez y Aguilar pidieron prudencia y cautela: «En todo momento estoy en contacto con la empresa y vamos a ver con ellos la información que vamos obteniendo y que nos van dando», dijo ayer Aguilar en Lugo.

Reformas en el barco

Al parecer, los dos tripulantes gallegos están en la localidad de Hobyo. Es de ese conocido refugio pirata del que zarpó el Vega 5 hace al menos once días, según consiguieron saber los militares indios por sus interrogatorios a los piratas que capturaron. Y es en ese enclave en el que los piratas reformaron la embarcación para secuestrar mejor. La popa del palangrero fue adaptada e incorporaron cuatro esquifes para practicar asaltos. En el que ha sido su último viaje, embarcaron a bordo unos 80 piratas, aparte de los 22 marineros de la tripulación, y recorrieron el Índico, desde Somalia hasta las islas Seychelles y de ahí hasta la India en busca de víctimas.

Riesgo para el tráfico

Es más, según la Armada india, el Vega 5 se había convertido en un verdadero peligro para el tráfico internacional en los últimos meses. No son tan tajantes en la EU-Navfor, la misión naval de la UE de lucha contra la piratería. Aunque aseguran que no tenían «suficientes evidencias» de que el palangrero mozambiqueño estuviese siendo empleado como nave nodriza, los mandos de la operación Atalanta enviaron avisos a todos los barcos comunicando que el Vega 5 podía estar siendo utilizado para asaltar otras embarcaciones, porque, además, sabían que ya no estaba fondeado frente a Hobyo.