Rifirrafe de Italia con la UE por la llegada de miles de tunecinos

maría signo ROMA / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Túnez afirma que su Ejército vuelve a controlar la costa para evitar el éxodo

15 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Mientas continúan los desembarcos de tunecinos en la isla italiana de Lampedusa, la falta de cooperación entre los países de la Unión Europea es evidente. En Italia, el ministro del Interior, Roberto Maroni, criticó la falta de ayuda que su país recibe ante lo que denominó como un «éxodo de dimensiones bíblicas». En el rifirrafe de declaraciones y desmentidos entre el ministro y la comisaria europea de Asuntos Interiores, Cecilia Malmstrom, esta manifestó su sorpresa por la denuncia de Maroni: «He estado en contacto con las autoridades italianas desde el sábado y cuando les ofrecí ayuda me dijeron que no era necesaria». Por su parte, la portavoz de Maroni negó que su país haya rechazado la ayuda, insistiendo en que había pedido a Europa que «pasara de las palabras a los hechos».

Mientras, la comisaria de Exteriores, Catherine Ashton, viajó ayer a Túnez para tratar sobre la transición política. También lo hizo el titular de Exteriores italiano, Franco Frattini, para pedir al primer ministro, Mohamed Ghanuchi, que respeten los tratados para frenar la oleada de inmigrantes que en los últimos días llevó a sus costas a más de 5.000 indocumentados.

La canciller alemana, Angela Merkel, dijo ayer que «no todos los que no quieren vivir en Túnez pueden venir ahora a Europa». «No puede haber tolerancia con la inmigración ilegal», apuntó por su parte el ministro de Industria francés, Eric Besson.

Tras la caída de Ben Alí, que siempre mantuvo un férreo control fronterizo y tratados de cooperación con Europa, las costas estaban ahora sin vigilancia. Maroni ofreció a Túnez el despliegue de fuerzas de seguridad italianas frente a su costa para frenar el éxodo. Las autoridades tunecinas rechazaron cualquier intervención en sus asuntos internos y aseguraron que el Ejército ya controla ahora las costas.

El primer mes sin Ben Alí se festejó ayer con alegría en Túnez. Más de 3.000 personas, en su mayoría jóvenes con rosas rojas y corazones, celebraron el Día de la Santa Revolución como ahora llaman al día de san Valentín.