Portugal examina en las presidenciales la política del Gobierno

Carlos Punzón
CArlos Punzón REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Cavaco trata de evitar la segunda vuelta prometiendo ser más activo

22 ene 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Portugal estrenó en 1976 con el militar Ramalho Eanes una nueva etapa política y una tradición presidencial a la que, en principio, mañana el electorado luso volverá a dar continuidad en las urnas. Todos los presidentes de la República han obtenido la confianza de la ciudadanía para llevar a cabo el segundo y último mandato que permite su Constitución a los titulares del palacio de Belem. Así lo consiguió primero Eanes y Mario Soares y Jorge Sampaio después. Y Aníbal Cavaco Silva, el más tradicionalista e institucional de los seis candidatos que mañana pugnan por la jefatura del Estado luso, no quiere que se rompa esa regla.

El referente del centroderecha portugués en el último cuarto de siglo, tras la enigmática desaparición de Francisco Sá Carneiro, parte de hecho con una notable ventaja en todos los sondeos de opinión, pero la creciente desafección respecto a la clase política que evidencia la ciudadanía del país vecino ha mermado durante la campaña electoral los apoyos del candidato a la reelección.

Pese a ello, Cavaco sigue siendo acreedor de un respaldo que no baja del 54% entre los encuestados, porcentaje que de repetirse en las urnas lo libraría de una segunda vuelta que podría poner en peligro su victoria, al concentrarse para el 13 de febrero en una única candidatura rival todas las opciones de izquierda que ahora se presentan dispersas.

Cavaco no ha dudado en dar a las elecciones presidenciales un cierto aire de primarias de las legislativas que no toca celebrar hasta el 2013.

El presidente de la República ha criticado sin disimulos la gestión de la crisis que está haciendo el Gobierno de José Sócrates, su tardanza en tomar decisiones y en aplicar la austeridad como guía, lamentando incluso en público y de manera reiterada el recorte de salarios que el Ejecutivo socialista acaba de aplicar a los funcionarios.

Distanciamiento del Gobierno

En esa carrera por evitar una segunda vuelta, Cavaco, que pese a tener facultad para vetar leyes y proyectos gubernamentales no la utilizó en estos cinco años, está tratando de atraer de manera más efectiva a los católicos, demostrando su disconformidad con el aborto o las bodas entre homosexuales. «Sería muy cara para el país ahora una segunda vuelta», clama Cavaco, mientras sus rivales lo acusan por ello de poner en cuestión el sistema democrático.

Pero el presidente, que promete intervenir más si logra otro mandato, tiene las de ganar. Los portugueses están muy disgustados con los recortes sociales y económicos que Sócrates ha tenido que adoptar para reducir el déficit público. Y además, la izquierda comparece ante las urnas fragmentada.

En un proceso en el que los candidatos son individuales y no representan a partido alguno, dos socialistas se disputan el liderazgo de la izquierda (Manuel Alegre y Defensor Moura), mientras un perfil apolítico (Fernando Nobre) crece en popularidad entre los que quieren otro modo de hacer política.