Pius Alibek (Ankawa, 1955) es un iraquí atípico. Perteneciente a la minoría asirio-caldea, cristiana y de lengua aramea, se exilió de su país en 1981 y, desde entonces, reside en Barcelona, donde regenta el famoso restaurante Mesopotamia. Nunca ha regresado. Escritor, lingüista, gran conocedor de la cultura y la política árabes, laico, activista de izquierdas que se distinguió durante las protestas contra la guerra de Irak, publica Raíces nómadas (Destino), donde cuenta sus vivencias hasta los 26 años. Asegura que decir que la democracia y los árabes son incompatibles es una aberración.
?¿Cómo valora lo que está ocurriendo en Túnez, donde por primera vez en un país árabe el pueblo ha depuesto a un dictador?
?Hay que tener paciencia. De entrada, me alegra que un pueblo se rebele contra un dictador, que diga basta ya después de 23 años. Pero hay que decir que Ben Alí era el mejor dictador del mundo árabe. Eso no se puede negar, porque en Túnez al menos había un aire de democracia como en ningún otro país árabe. En segundo lugar, hay que preguntarse por qué ahora y cuál es la alternativa. Si es una sublevación popular para pedir mayor democracia y mayor dignidad, bienvenida sea. Pero ustedes ven las imágenes, pero no oyen los gritos. Yo sí, y los entiendo y me preocupa cuando oigo a los manifestantes gritar Alá es grande. ¿Por qué hay que rebelarse en nombre de Dios cuado se reclama la dignidad propia?
?¿Puede haber un efecto contagio en el mundo árabe?
?Esto siempre anima, pero los aparatos de represión de esos países son todopoderosos y sin escrúpulos. Se reprimen las protestas con asesinatos.
?Usted mantiene que Irak ha sufrido una involución desde los tiempos de Sadam a ahora.
?Sí, hemos pasado de una dictadura laica, donde se respetaban las diferencias religiosas, a una república islámica. Los norteamericanos que controlan el país lo permiten.
?Sin embargo, la dictadura de Sadam Huseín era terrorífica.
?Se habla de las dictaduras como si Europa siempre hubiera vivido en democracia. Irak era una dictadura como tantas otras. En Irak, como en el franquismo, mucha gente vivía bien, aunque había represión e injusticia.
?Mantiene que ha habido un propósito deliberado de destruir sistemáticamente Irak desde la primera guerra del Golfo.
?Su intención no era liberar Kuwait, aunque de paso lo hicieron, sino destruir Irak, porque arrasaron todo el país, de norte a sur. Luego impusieron un embargo criminal durante nueve años, en los que murieron más de un millón de niños de menos de cinco años por falta de medicinas y alimentación. Destruyeron totalmente las estructuras básicas del último bastión del laicismo en la zona. Actualmente, en este país en el que todo el mundo iba al colegio, y las mujeres y los hombres a la universidad, menos del 10% de los niños van a la escuela, se intenta recluir a la mujer y que vaya tapada y se ha prohibido la venta de alcohol y los clubes culturales. Los norteamericanos han entregado Irak a Irán, que es quien manda, cuando se supone que es el enemigo temible del mundo civilizado. Occidente prefiere un mundo árabe fundamentalista y atrasado que laico y fuerte. Es más fácil de dominar.
?Pero hay quien dice que Irak es una democracia.
?Igual que decían que tenía armas de destrucción masiva. Es otra gran mentira. Mienten, no hay democracia, porque no se respeta la vida. Hay muchos grupos políticos que están matándose entre ellos. Actualmente, los parlamentarios iraquíes son los mejor pagados del mundo, ganan unos 350.000 dólares. Lo que está pasando en Irak es una vergüenza para la humanidad.
?Los asirios-caldeos han sufrido muchas persecuciones. ¿Cuál es su situación actual?
?Hay unos 3 millones de asirio-caldeos en todo el mundo, pero la mayoría vivimos en la diáspora. Fueron los primeros cristianos y a lo la largo de la historia han sufrido persecuciones feroces. Con la ocupación del 2003 volvió la persecución sistemática de los cristianos en Irak, con bombas en las iglesias y los monasterios, asesinatos selectivos y éxodo masivo. Ese año había un millón y medio, de los que han huido el 70%. Los cristianos no encajan en la islamización de la región.
«Me preocupa cuando oigo
gritar a los manifestantes: Alá es grande»
«Los aparatos de represión de los países de la zona son todopoderosos y sin escrúpulos»