Pyongyang, lista para una guerra santa contra el enemigo surcoreano

Daniel Rook SEÚL/AFP.

INTERNACIONAL

Los analistas consideran inevitable una nueva agresión del Norte y auguran que será a finales de enero

24 dic 2010 . Actualizado a las 02:32 h.

El Ejército surcoreano efectuó ayer las maniobras aéreas y terrestres más importantes del año, a escasos kilómetros de la frontera con Corea del Norte. Una nueva demostración de fuerza de Seúl a la que Pyongyang respondió con la amenaza de una guerra santa con armas nucleares como fuerza disuasoria. Los expertos esperan como algo casi inevitable un nuevo ataque norcoreano como réplica.

Los ejercicios con fuego real duraron una hora y tuvieron lugar en Pocheon, a unos 30 kilómetros al sur de la frontera, un mes después de que el régimen comunista atacara con artillería la isla surcoreana de Yeonpyeong, en el primer bombardeo contra víctimas civiles desde el fin de la guerra en 1953. Corea del Sur, que la víspera había iniciado cuatro días de maniobras navales en el mar de Japón, asegura que son puramente defensivas.

Tras concluir los ejercicios en Pocheon, Pyongyang difundió, a través de su agencia, que «las Fuerzas Armadas revolucionarias de la RPDC [nombre oficial de Corea del Norte] se están preparando para una guerra santa de justicia al estilo coreano basada en la disuasión nuclear por si es necesario para afrontar las acciones enemigas».

Los analistas consideran casi inevitable una nueva agresión del Norte al Sur, para reforzar la sucesión en Pyongyang. «La cuestión no es saber si habrá una nueva provocación, sino saber cuándo», considera Peter Beck, analista del Consejo de Relaciones Exteriores, con sede en Washington.

Credenciales para la sucesión

El experto añade que Pyongyang necesita este tipo de acciones para fortalecer la posición de Kim Jong-Un, hijo del actual líder Kim Jong-Il y llamado a ser el máximo dirigente. «El objetivo es presentar a Jong-Un como un líder fuerte y sólido, y unir a la gente en torno al régimen alimentando el temor a una guerra», añade Peter Beck.

Kim Jong-Il obtuvo sus «credenciales» como siguiente dirigente de Corea del Norte fomentando el asesinato del presidente surcoreano cuando visitaba Birmania en 1983, que finalmente fracasó, y el atentado contra un avión de la compañía surcoreana Korean en 1987, en el que murieron 115 personas.

Según Andréi Lankov, profesor de la Universidad Kookmin, de Seúl, el Norte no golpeará «inmediatamente después de las maniobras surcoreanas, sino en el momento y el lugar que quiera», escribe en el Financial Times. Varios analistas creen que Pekín ha pedido calma a Pyongyang hasta la visita del presidente chino, Hu Jintao, a Estados Unidos el 19 de enero, por lo que esperan ataques después de esa fecha.