La protesta contra el Gobierno deriva en guerrilla urbana en el centro de Roma

María Signo ROMA/LA VOZ.

INTERNACIONAL

15 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Barricadas, peleas cuerpo a cuerpo, más de doscientos coches dañados -muchos de ellos en llamas-, cajeros y contenedores quemados, escaparates destrozados, lanzamiento de bengalas... Lo que empezó como una pacífica protesta por las calles de Roma, terminó ayer con escenas de guerrilla urbana en la plaza de Popolo y en la vía del Corso, tras conocerse que Silvio Berlusconi había superado la moción de censura. Hacía años que no se veían unos enfrentamientos de estas proporciones en la capital. El resultado: más de 90 heridos, entre manifestantes, agentes y periodistas, y 41 detenidos.

Mientras a primera hora del día el Parlamento se preparaba a votar las mociones de confianza y de censura contra Berlusconi, miles de personas de toda Italia se manifestaban contra la política del Gobierno de centroderecha. Las manifestaciones eran varias. La más numerosa era la de los estudiantes, que protestaban contra la reforma universitaria, pero también estaban en las calles los afectados por el terremoto de L'Aquila, los napolitanos que quieren ver su ciudad limpia de basura y grupos de trabajadores con contratos precarios.

Cierre del centro

El ministro del Interior, Roberto Maroni, tomó una discutida medida para evitar problemas: cerrar el centro de la ciudad que desde primeras horas apareció tomado por las fuerzas del orden. Se montó una zona de seguridad entre las sedes del Senado, de la Cámara de Diputados, de la presidencia del Gobierno y de la residencia privada de Berlusconi, que causó mil y un problemas a los romanos.

La protesta de los estudiantes empezó tranquilamente a las diez de la mañana. Todo cambió con la llegada de los grupos anarquistas del Black Block. El resultado negativo de la moción de censura contra Berlusconi desató la furia de ese grupo, que se concentró en la plaza del Popolo para intentar llegar a la presidencia del Gobierno, mientras muchos estudiantes se alejaban de la zona. En la vía del Corso, los Black Block levantaron barricadas, quemaron contenedores de basura y una furgoneta policial, y agredieron a varios agentes. La imagen de un policía rodeado de encapuchados y empuñando una pistola fue una de las imágenes del día. La batalla campal acabó con una carga con gases lacrimógenos.

Las manifestaciones se repitieron en otras ciudades italianas. En Palermo, varios centenares de jóvenes invadieron las pistas del aeropuerto, y en Milán irrumpieron en la Bolsa de valores, lanzando octavillas contra los inversores.