Wikileaks publica la lista de la infraestructura critica que podrían atacar los terroristas

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En España, por ejemplo, se destacan como críticos el Instituto Grifols de Barcelona, que según su página web se dedica a la investigación, análisis, desarollo y producción de productos de laboratorio, entre otras cosas.

07 dic 2010 . Actualizado a las 01:16 h.

Desde ayer las organizaciones terroristas del mundo lo tienen un poco más fácil gracias a Wikileaks. Su fundador Julian Assange parece dispuesto a caer sin dejar de disparar. Su última revelación es un informe que enumera las infraestructuras más críticas del mundo, los recursos que de ser atacados podrían impactar sensiblemente la salud física y económica de las masas y hasta los fabricantes europeos de vacunas contra la viruela, la rabia y otras enfermedades que pudieran ser usadas como armas biológicas.

El informe secreto de «todas las dependencias extranjeras y recursos clave localizados en el extranjero» fue realizado en febrero del año pasado por Susan Burk, coordinadora adjunta para Seguridad Nacional de la oficina de coordinación antiterrorista del Departamento de Estado, que meses después fuera nombrada representante especial del presidente para No Proliferación Nuclear. Luego se envió a la embajada de Tripoli y a todos los puestos diplomáticos. El objetivo era reforzar la capacidad de reacción de EE.UU. ante un posible ataque sobre esas infraestructuras críticas.

Centros de agricultura y alimentación, bases industriales de defensa, energía, salud pública, monumentos y símbolos nacionales, bancos y centros financieros, sistemas de tratamiento de agua potable, plantas químicas, materiales de desecho, información tecnológica, comunicaciones, centros de envíos postales, sistemas de transporte, instalaciones de gobierno e industrias manufactureras críticas. Todo estaba identificado por EE.UU. y practicamente todos los países quedan al descubierto en este cable.

En España, por ejemplo, se destacan como críticos el Instituto Grifols de Barcelona, que según su página web se dedica a la investigación, análisis, desarollo y producción de productos de laboratorio, entre otras cosas. En esa misma ciudad citan al Instituto Intravenoso de Inmunoglobina (IGIV), además de poner el ojo en sur de España sobre el Estrecho de Gibraltar y el gaseoducto Magreb-Europa (GME).

Plantas de insulina en Dinamarca, fabricantes de antídotos contra veneno de serpientes en Australia, minas de Cobalto en el Congo... El asistente de la secretaria de Estado Philip Crowley ha calificado su publicación de «irresponsable», protestó. «Julian Assange puede estar dirgiendo sus esfuerzos contra EE.UU. pero está poniendo en peligro los intereses de muchos países y regiones».

Tal vez por eso han sumado esfuerzos para asfixiar a la organización.

El domingo fue PayPal, popular gestor de pagos por internet, el que rompió su relación con Wikileaks, negándole así la mejor fórmula para recaudar donaciones. Ayer fue el banco suizo Postfinance, brazo del sistema postal, el que de repente comprobó que Assange no es residente de ese país y le cerró la cuenta, con la excusa de que mintió al abrirla, aunque promete devolverle los fondos sin mayores represalias.

Suponiendo, claro, que Assange se deje ver cuando Scotland Yard dice tener ya los papeles para su detención. El cerco se estrecha y Assange prepara también su revancha en caso de que le pongan las manos encima.