Wikileaks lucha por seguir siendo accesible en la Red

La Voz LONDRES/AFP.

INTERNACIONAL

El servicio de pago en línea, PayPal, bloqueó las transferencias económicas hacia la web de Assange

05 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Wikileaks, sobre cuyo fundador Julian Assange sigue pesando una orden de arresto internacional, luchaba ayer contra viento y marea por seguir en línea, una misión que no estuvo garantizada. A los ataques informáticos masivos que dificultaron el acceso se sumó la decisión tomada por el servicio de pago en línea PayPal, que está basado en Estados Unidos y que bloqueó las transferencias económicas en beneficio de Wikileaks alegando que su «política comercial impide el uso» de su servicio para «alentar, promover o facilitar toda actividad ilegal».

La dirección de Internet en Suiza del portal (www.wikileaks.ch) fue desactivada durante dos horas por el proveedor estadounidense de dominios EveryDNS.net, pero la página pudo reanudar su funcionamiento porque «hemos logrado un montón de servidores DNS (sistemas de nombres de dominio) disponibles», confesó el Partido de los Piratas de Suiza que está ayudando a Assange después de que Amazon dejase de alojar su web.

Además, por la tarde se hicieron visibles cientos de sitios web «espejos» de Wikileaks. Esta es una práctica en la Red que consiste en que, cuando los internautas detectan una censura, «se forma una comunidad de forma espontánea y todo el mundo se pone a replicar por todos los sitios», explicó Grégoru Frabre, ingeniero de sistemas informáticos.

Ayer siguieron haciéndose públicos documentos secretos filtrados al portal. Uno de los más relevantes muestra que el presidente de Yemen, Ali Abdulá Saleh, ofreció a EE.?UU. en el 2009 acceso total a su territorio para que lanzara ataques unilaterales contra Al Qaida, al tiempo que negaba públicamente toda colaboración antiterrorista con Washington.

Otros telegramas dejaban traslucir que miembros del actual Gobierno conservador británico prometieron a EE.?UU., cuando aún estaban en la oposición, más contratos militares una vez en el poder. Además, el actual secretario del Exterior, William Hague, ofreció una línea «proamericana» si su partido desplazaba a los laboristas.

Pese a que las notas diplomáticas han causado revuelo en todo el mundo, el país más molesto por su difusión sigue siendo EE.?UU. La secretaria de Estado Hillary Clinton reconoció ayer que deberá seguir durante «semanas» contactando con dirigentes extranjeros molestos por las filtraciones para tratar de calmarlos.

Paralelamente, continúan los intentos de Washington por limitar el acceso al portal. El Ejército anunció haber advertido a sus soldados en contra de la consulta de los documentos publicados. La Casa Blanca también ordenó a los organismos estadounidenses que tomen medidas para que sus funcionarios no puedan tener más acceso al portal desde los ordenadores profesionales, salvo con autorización especial.