Brasil despliega al Ejército contra los narcos de las favelas de Río

Diana Reneé RÍO DE JANEIRO/DPA

INTERNACIONAL

Unos 800 paracaidistas impermeabilizan el complejo de Alemão, donde se refugian cientos de delincuentes

27 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

. Unos 800 paracaidistas del Ejército brasileño ocuparon ayer las principales rutas de acceso al complejo de favelas de Alemão, donde están refugiados cientos de narcotraficantes acusados por las autoridades de la ola de ataques incendiarios que azota Río. El cerco representa el primer paso hacia una posible invasión del conjunto de diez favelas, donde viven alrededor de 65.000 personas, y que desde el jueves se convirtió en refugio para los delincuentes que huyeron de la vecina comunidad de Vila Cruzeiro, ocupada ahora por las fuerzas policiales.

Según el general al mando, Adriano Pereira Junior, muchos de los soldados que intervienen en la operación formaron parte de las tropas de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití, en la que Brasil tiene el comando militar. El envío de miembros del Ejército a la ciudad brasileña, que será la sede de la final del Mundial de fútbol del 2014 y acogerá los Juegos Olímpicos del 2016, fue autorizado la noche del jueves por el presidente Lula da Silva. Su función es básicamente de apoyo a la Policía Militar, pero Pereira Junior advirtió de que si son atacados, responderán y el enfrentamiento será inevitable.

Desde Guyana, donde intervino en la cuarta Cumbre de la Unasur, Lula prometió «total apoyo» a las autoridades de Río en su lucha contra la delincuencia, que desde el miércoles tiene el respaldo logístico de la Armada, que envió seis carros blindados a la ciudad.

21.000 policías

El aumento de los equipos de seguridad en las calles de Río, que incluyen además a 21.000 agentes de la policía militarizada, no hizo cesar la ola de ataques incendiarios de delincuentes en distintos puntos. Según un balance divulgado ayer, desde el domingo han sido incendiados 96 vehículos en el marco de los ataques, mientras que los enfrentamientos entre agentes y delincuentes causaron la muerte a unas treinta personas; otras 192 fueron arrestadas.

El epicentro de la tensión, sin embargo, está ahora en el barrio suburbano de Penha, que será el escenario de la gran batalla directa entre las fuerzas de seguridad que ocupan Vila Cruzeiro y cientos de narcotraficantes fuertemente armados que se fugaron de esta favela y se refugiaron en las vecinas del complejo de Alemão. Los delincuentes efectuaron ayer varios disparos contra un helicóptero policial que sobrevoló la zona, pero sin causar víctimas ni daños a la aeronave.

El secretario de Seguridad Pública de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame, se negó a revelar los planes de ataque a los delincuentes, y buscó alejar los temores a una masacre expresados por organizaciones de derechos humanos: «No vamos allá con el objetivo de agredir a nadie».

Según el portavoz de la policía militarizada, coronel Henrique Lima Castro, todavía no se ha definido el momento del ataque final. «No tenemos prisa. La tropa está motivada. Hemos convocado a los que estaban en vacaciones y ahora somos 21.000 hombres. Hasta algunos que estaban jubilados nos pidieron regresar, porque quieren participar en este momento histórico. En base a mi experiencia, lo mejor que pueden hacer estos delincuentes es entregarse», advirtió.

Pero no lo han hecho.