Villepin niega nexos entre las comisiones a Pakistán y el ataque a franceses en ese país

Esperanza Suárez PARÍS/LA VOZ.

INTERNACIONAL

El ex primer ministro declaró durante cinco horas ante el juez que investiga el atentado de Karachi

26 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Dominique de Villepin mantuvo ayer largos silencios ante el juez. El ex primer ministro y secretario general del Elíseo en 1995 declaró durante casi cinco horas ante el magistrado que investiga si el atentado que costó la vida a 11 franceses en Karachi en el 2002 fue una consecuencia de la interrupción de los sobornos a Pakistán, en el marco de la venta de submarinos galos a ese país, decidida por Jacques Chirac cuando llegó a la presidencia.

De Villepin descartó la vinculación pero, para decepción del abogado de las familias de las víctimas, no dio nombres ni pronunció acusaciones claras pese a haber manifestado sus «fuertes sospechas» de que parte del dinero pagado a Pakistán volvió a Francia para financiar partidos que apoyaban la campaña presidencial del entonces primer ministro, Edouard Balladur. El juez Renaud Van Ruymbeke intenta acelerar al máximo la instrucción, ante la posibilidad de que las diligencias se den por concluidas en diciembre.

De Villepin compareció a petición propia, y la semana que viene repetirá ante el juez antiterrorista Marc Trévidic, que investiga la explosión del coche bomba que mató a los once empleados que ensamblaban los submarinos en Pakistán.

Dificultades de los jueces

Los jueces se están encontrando con múltiples dificultades para hacerse con los documentos relativos al caso. Calificados como secreto de defensa, Nicolas Sarkozy se comprometió a facilitarlos el mismo día que el primer ministro negaba a los jueces el acceso a la sede de los servicios secretos. El Consejo Constitucional también se ha negado a facilitar la liquidación de cuentas de la campaña con la que Balladur se lanzó a la conquista del Elíseo. El diario Le Monde revela que había una importante anomalía en las cuentas de Balladur: la aportación de más de un millón y medio de euros en efectivo sin justificantes. Según la hipótesis del juez, vendrían de las comisiones ilegales de la venta de los submarinos.

Pero en 1995, las cuentas de Chirac, vencedor de los comicios, también presentaban irregularidades. Ante el riesgo de anular las elecciones, el Constitucional validó los documentos presentados por ambos candidatos.

El digital Mediapart publica también documentos que contradicen las explicaciones dadas por Sarkozy, ministro de Presupuesto con Balladur y portavoz de su campaña. El viernes aseguró que como «simple ministro de Presupuesto» no tenía por qué dar su aprobación para el pago de comisiones por la venta de submarinos Agosta. Pero en una carta en poder del juez, el entonces ministro de Defensa, François Leotard, le pide que ratifique la garantía del Estado para cerrar la operación. La policía luxemburguesa ha llegado a la conclusión de que fueron Balladur y Sarkozy quienes autorizaron la constitución de la sociedad que se habría encargado del reparto de comisiones.

El juez Van Ruymbeke practicó un registro en la Dirección General de Impuestos y se incautó de documentos sobre el complejo sistema de comisiones del contrato Agosta, que pasaban por varios países. Las notas se refieren también a un circuito de regreso de ciertos fondos a Francia, sospechosos de alimentar ilegalmente el presupuesto de campaña de Balladur.